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Rebeca Reynaud

Alegría en el noviazgo

El ser humano recibe la vida como un don y como una tarea. Está dotado para realizar múltiples actividades y para forjar una personalidad propia. Puede tener buenas o malas amistades que dan lugar a “encuentros” profundos o superficiales.

La sexualidad no es un juguete que podamos tomar o dejar a nuestro gusto. En cuanto entramos en su radio de acción, quedamos sometidos en buena medida a sus leyes implacables.

Afanarse en la educación de los hijos, dice el Crisóstomo

San Juan Crisóstomo escribió, en el siglo IV; un libro sobre La vanagloria y la educación de los hijos. A este santo, arzobispo de Constantinopla, la gente le puso el apodo de "Crisóstomo" que significa: "boca de oro", porque sus predicaciones eran enormemente apreciadas por sus oyentes. Este el más famoso orador nació en Antioquía (Siria) en el año 347. Era hijo único de un gran militar y de una mujer virtuosísima, Antusa, que ha sido declarada santa también.

Acercar a la gente a Dios

El Concilio Vaticano II es el concilio de nuestro tiempo y uno de los más importantes de nuestra historia. Es convocado por el Papa Juan XXIII. Cuando a Juan XXIII le preguntaron: ¿Por qué hacer un concilio? Su respuesta fue profética:

—“Porque necesitamos abrir una ventana. Necesitamos aire fresco”.

 

No se trataba de sancionar doctrinas o condenar errores. Se trataba de una renovación de la vida de la Iglesia, de tener un diálogo con el mundo. No se trataba de hacer diagnósticos deprimentes sino de dar remedios alentadores y mensajes de esperanza.

Vértigo y Éxtasis

En la vida podemos seguir dos procesos: el proceso de “éxtasis” y el de “vértigo”. Son dos formas opuestas de comportarnos: Una que nos construye como personas y otra que nos destruye; una que nos lleva a la felicidad, y otra que nos hunde en la desesperación; una inspirada en una actitud de generosidad y otra basada en el egoísmo.

Actualidad del Mensaje de Fátima

En Portugal, la Virgen María se les apareció a tres pastorcitos en una cueva. Lucía, Francisco y Jacinta tenían respectivamente 10, 9 y 7 años de edad. Jugaban los tres niños en una propiedad de los padres de Lucía llamada Cova de Iría, a dos kilómetros y medio de Fátima. Vieron a la Madre de Dios sobre una encina. Era “una Señora toda vestida de blanco, más brillante que el sol, que difundía una luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua cristalina atravesada por los rayos del sol”. Su rostro no era “ni triste, ni alegre, sino serio”.

¿Qué es la tibieza?

Juan Pablo II decía que le tenía más miedo al estado de bienestar de Suecia que a la persecución de Stalin. La persecución nos hace vibrar; el bienestar y la excesiva comodidad llevan a la tibieza al aburguesamiento del alma.

 

Gran parte de los desequilibrios que fatigan al mundo moderno están íntimamente relacionados con el corazón del hombre, capaz de lo más sublime y de lo más depravado. Benedicto XVI dice que el cáncer más virulento es la apatía del corazón, corazón que no busca la rectitud.

 

¿Qué es la secularidad?

La palabra secularidad viene de la palabra saeculum, siglo. El Diccionario de la Lengua Española dice: secular es que vive en el siglo, a diferencia del que vive en clausura.  

La Iglesia como comunidad está constituida fundamentalmente por los laicos, los cristianos comunes que viven en el mundo sin ser mundanos. Los cristianos que viven en presencia de Dios envueltos en las riquezas de su amor que les sostiene y les da la vida, pueden y deben anunciar y extender el Reino de Dios.  

¿Qué es a interioridad?

Jesús nos exhorta: “Cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido” (Mateo, 6,6). Este cuarto no es sólo un lugar material, sino un estado de ánimo, un lugar interior, “lo íntimo del corazón”:

“Y no pienses que se hable aquí de una habitación delimitada por cuatro paredes, en la que tu cuerpo pueda refugiarse; es también ese cuarto que está dentro de ti mismo, en el que están encerrados tus pensamientos y en el que moran tus afectos. Un cuarto que va siempre contigo y que siempre es secreto”[1].  

¿Por que María es la plena de gracia?

Cuenta un sacerdote que desayunaba en una cafetería de Roma cuando se le acercó una muchacha japonesa y, en un francés tartamudeante, le preguntó a bocajarro: ¿Podría explicarme quién es la Virgen María? Sus palabras le sorprendieron tanto que sólo pudo responder: ¿por qué me lo pregunta? Y explico: Es que ayer oí rezar por primera vez el Avemaría, y no sé por qué me he pasado la noche llorando. Entonces le expliqué que también yo necesitaría pasarme llorando muchas noches para poder responder a esa pregunta.