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El Santo Cura de Ars y la Confesión

A los trece años, Juan María no sabía leer ni escribir. El francés lo hablaba mal pues en su granja usaban el dialecto de la zona. Cuando decide hacerse sacerdote tiene alrededor de 20 años. Escribe: “No podía depositar nada en mi torpe cabeza”, recuerda años más tarde. El latín no le entra pues tampoco sabe gramática francesa. Se queda noches estudiando, pero no avanza. Llega a desesperarse, y un día comunica al reverendo Balley: “Quiero volver a mi casa”. Le hace cambiar de opinión cuando le dice que “entonces, ¡adiós a tus planes! ¡adiós al sacerdocio! ¡adiós a las almas!”.

Sacerdote coherente

Si hubiese que resumir en dos palabras la rica, profunda y polifacética personalidad del P.Román Pedreira (+3/03/2007), bien podría ser la de ejemplo de coherencia.

Toda su larga y fecunda biografía queda abreviada perfectamente, al decir que el P. Román -con alma pura y transparente de niño para los que le tratamos de cerca- fue un joven y brillante abogado, ecuánime y veraz; así como el sacerdote culto y celoso; confesor prudente y santo; consejero seguro para toda clase de personas y jerarcas, siempre modelo perfecto de coherencia

Santa Teresita y la divina misericordia

El mes de octubre comienza con la memoria de Santa Teresita, apóstol de la Misericordia; ella nos hace ver que “Dios es sólo amor y misericordia”, Dios es un Padre que me ama, y por eso lo perdona todo; realmente Dios antes que nada es Amor, y todo ha sido hecho porque nos ama: "Dios creó solo aquellos seres, de los que se enamoró" (Card. Lehman). Cada uno podemos pensar: existo, porque Él se enamoró de mí. Soy aceptado por Dios; me quiere como soy. En mí todo es gracia: nací de un sueño de amor de Dios –que está loco por mí- y me tiene un amor gratuito.

Santificar el trabajo

Un sabio quiso entender qué empujaba a sus semejantes a trabajar toda la vida. Visitó una cantera de piedra y vio un hombre que le daba al pico y pala, y le preguntó: “-¿qué estás haciendo?”

-“Despedazo las piedra para el condenado de mi patrón. Curro todo el día para conseguir un trozo de pan...” – y siguió maldiciendo su poca suerte, mientras continuaba picando piedra.

Se vive sólo en el presente

La noche de fin de año en Italia solía ser escenario de una cosa insólita: la gente tiraba por la ventana las cosas viejas, en esa noche de san Silvestre llovían las calles los trastos inútiles; eran las cosas que sobraban aquella noche de alegría y optimismo. Era una noche de mirar el pasado con despego, quemar las naves, para estar libres de cara al futuro.

“Silencio de Dios” en Teresa de Calcuta

Teresa de Calcuta sintió una ausencia de Dios, una «noche oscura», según sus cartas que recoge el libro «Madre Teresa: Ven y sé mi luz». A los diez años de su muerte podemos conocer su larga aridez espiritual y sus dudas de fe: “Señor, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? Yo era la hija de tu Amor, convertida ahora en la más odiada, la que Tú has rechazado, que has echado fuera como no querida y no amada. ¿Dónde está mi fe?...