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SEMPER ET UBIQUE SACERDOS: ¿Cuáles son los miedos del sacerdote?

Varias veces me han hecho esta pregunta, y aún con la poca experiencia de catorce meses en mi labor, no es complicado responder a esta cuestión. ¿Qué sientes los días previos a tu ordenación, y qué sientes ahora, catorce meses después?; ¿Cuáles son tus miedos? ¿Son los mismos que antes?
 
Resumo estas inquietudes en tres preguntas los así llamados “temores” del cura de hoy que, a mi modo de ver, reflejan al cura de ayer, al cura actual y posiblemente al cura de mañana:

Si no es Navidad… ¿qué es?

Cada diciembre nos abruma, más que el calor humano, la publicidad para gastar dinero en lo que sea. Llega a tal grado la fatuidad de la temporada “navideña” que hasta se olvidan de lo que el mundo festeja: el nacimiento del niño Dios en Belem.

Cada vez más, es muy triste constatarlo, la temporada se desliga de su ser para convertirse en periodo de fiestas sin espíritu alguno, de compras y más compras, viajes, vacaciones, descanso y claro, regalos, regalos porque la publicidad abruma: hay que comprar: hay baratas, oportunidades, descuentos ¡crédito!

Los santos y la Escritura

En su reciente exhortación apostólica “Verbum Domini” el Papa reflexiona sobre la profunda relación existente entre la Sagrada Escritura y la vida de los santos. Hace notar que son precisamente ellos quienes realmente han comprendido la Biblia porque la han “vivido”. En efecto, la Palabra de Dios es viva y tiene que hacerse vida, encarnarse en la existencia de los hombres concretos: eso es lo que han hecho los santos, es más, eso es lo que los ha hecho santos.

¿Los Sacerdotes?

Hablando de complots, ¿has notado los cañonazos con que mundialmente se está bombardeando a los sacerdotes católicos?. El escándalo propiciado por el fundador de los Legionarios de Cristo, la pederastia que aparece tanto en Europa como en América, la ordenación de sacerdotisas y obispas entre los anglicanos, la existencia de sacerdotes homosexuales, etc., etc. han provocado la idea de que los sacerdotes son malos, depravados, en fin, desconfiables.