Las apariencias
La vida es un libro abierto para quien lo sabe leer. Me ha sucedido hoy. Es una simple anécdota con trasfondo aleccionador. Me encuentro en la calle a un viejo amigo con el que hacía tiempo había hablado de celebrar sus bodas de oro matrimoniales. Me cuenta compungido, que a su esposa le ha dado una trombosis cerebral y se encuentra con toda la parte lateral de su cuerpo paralizado y sin poder hablar. Se le ha venido el mundo encima y se desahoga contándome al detalle su hospitalización, las pruebas médicas, y la búsqueda de residencia para su mujer.