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Valores

¿Por que María es la plena de gracia?

Cuenta un sacerdote que desayunaba en una cafetería de Roma cuando se le acercó una muchacha japonesa y, en un francés tartamudeante, le preguntó a bocajarro: ¿Podría explicarme quién es la Virgen María? Sus palabras le sorprendieron tanto que sólo pudo responder: ¿por qué me lo pregunta? Y explico: Es que ayer oí rezar por primera vez el Avemaría, y no sé por qué me he pasado la noche llorando. Entonces le expliqué que también yo necesitaría pasarme llorando muchas noches para poder responder a esa pregunta.

¿Necesito controlar los celos?

— Cuando él mira a otra, ¡no puedo soportarlo!

— Cuando ella mira a otro, ¡No lo soporto!

Reconócelo, por más que quieras, no puedes remediarlo, y fiscalizas todo lo que él o ella hace. Piensas que es normal, que es parte del amor.

¿Cuándo llegan a ser los celos un problema?

Los celos son una emoción complicada que provoca desconfianza acompañada de pensamientos de desamor hacia la persona amada. Es normal sentirlos, sí, pero no con intensidad. No es normal que sin tener motivo desconfíes de tu pareja, y la sometas a pruebas de afecto constantes.

¿Hay esperanza frente al alcoholismo?

Al escritor Jorge Luis Borges, anciano y ciego, le preguntaba un joven:

“¿Cómo es posible que un hombre tan culto e inteligente como usted, se empeñe en oponerse al curso de la historia?”. La respuesta fue la siguiente:
“Oiga, joven ¿no sabe usted que los caballeros sólo defendemos causas perdidas?”. Las causas perdidas son las únicas que vale la pena defender. No
sólo porque las otras se defienden solas, sino porque la verdad siempre aparece como desvalida.

¿Cómo sobrevivir a la ruptura de un noviazgo?

Escribe un joven:

Me parece que los que tienen experiencia en el tema puedan dar sus consejos a corazones rotos primerizos, como el mío. Estuve de novio 2 años y 4 meses con Elisa, y, al romper sentí como si se me hubiera muerto un familiar. Se me vino el mundo encima. Luego, pasado el tiempo, me tranquilicé. Lo que hago para olvidarla es tratar de odiarla lo más que puedo, y de pensar las cosas malas o feas que tenía.

¿Cómo dar clases de catecismo?

El personaje central de todo catecismo ha de ser Nuestro Señor Jesucristo, su vida, sus enseñanzas, su amor al Padre, el envío del Espíritu Santo y el don de dejarnos por madre a su Madre. Hay que mantener la memoria activa para que esté en buen estado. Para tener mayor capacidad de memoria hay que sacar a nuestro sistema nervioso de la rutina a través de su ejercitación.

¡Quédate con nosotros!

San Lucas cuenta el episodio de los discípulos de Emaús: El mismo día que la Magdalena vio a Cristo resucitado, dos de los discípulos iban a Emaús. La beata Ana Catalina Emmerick dice que eran Cleofás y el mismo Lucas. Los dos discípulos conversaban entre sí, cuando  de pronto un desconocido se les unió: 

Saber amar

Se puede decir que la vida es una especie de preparatoria donde el único tema que debe aprenderse es el amor, donde las únicas calificaciones que interesan son las que se refieren a la asignatura del amor, donde la única reprobada absoluta es la de los que fracasan y no aprenden a amar. Donde el amor no ha sido aprendido se da el peligro de que el egoísmo y el odio tomen posesión de esa existencia.

Vivimos en una civilización en la que con frecuencia las personas son "usadas"

¡Necesito el amor verdadero!

El ser humano no puede vivir sin amor. La vida no tiene sentido sin el amor, pero el amor verdadero, capaz de sacrificios, capaz de vivir la pureza por el bien del otro y por el bien propio.

 

El Papa Benedicto XVI dice que “cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario” (24-IV-2005). La fe es el criterio que define nuestro estilo de vida.

 

Vida pública

(Lc 1,39-56 y Jn 2,1-12) 

Llegó el tremendo día en que su Hijo tuvo que abandonarla para irse al Apostolado. Fue tal vez una tarde, en la sobremesa: "Madre, mañana salgo a mi apostolado; dame tu bendición".  - Ya me lo esperaba, Hijo, desde hace tiempo.

Madre e Hijo se abrazaron efusivamente. María derramó furtivas lágrimas que cayeron sobre la túnica de su Hijo. 

Volvió a entender que ese Hijo no era suyo, no era para ella.