Presentación en el templo
(Lc 2,22-39)
Tercera instantánea del alma de María: el desprendimiento. Hemos visto su fe, su amor. Demos un paso más.
Estaban felices con su Hijo en Belén. Parecía que esa felicidad no se iba a acabar. Quejarse de la pobreza, cuando tenían ese tesoro consigo, les hubiera parecido simplemente ridículo.