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Sacerdotes

Sacerdotes y pedofilia

No hay que ser demasiado suspicaz para darse cuenta que actualmente existe una desatada campaña de desprestigio contra la Iglesia Católica, fruto de los muchos, dolorosos e imperdonables casos de pedofilia de los que se ha sabido.

En efecto, aun cuando estos terribles hechos no tengan justificación, e incluso en algunas situaciones resulten más graves que el común de los casos, hay que ser mínimamente objetivo para intentar ver las cosas en su justa medida, para lo cual –creo– resulta muy iluminador tener en cuenta algunos datos.

Crisis del sacerdocio

Durante la Semana Santa, en la ceremonia litúrgica del Jueves Santo por la tarde, se recuerda la institución del sacerdocio por Jesucristo. La Iglesia revive el momento en el cual Jesús celebró su Última Cena y anticipó su Pasión, instituyendo de esta forma el sacerdocio y la eucaristía. A dos milenios de distancia podría parecer que esa institución peligra, amenazada por quedar anegada en el desprestigio moral.

La cruz y la resurrección del sacerdote

Sé lo que quiero deciros y me gustaría acertar, porque en esta ocasión os hablaré de los sacerdotes. Lo hago en una semana en la que el único protagonista es Jesucristo en su misterio de muerte y resurrección; pero entiendo que hablando de los sacerdotes, hablo del Señor. Sé que esta afirmación me la podéis desmentir; sobre todo cuando los sacerdotes son protagonistas de pecados horrendos, que a todos nos duelen y abochornan, como los que últimamente se están conociendo.

Un celibato triste es un mal celibato

La vigencia y riqueza del celibato ha sido una de las cuestiones que más interés han suscitado en el Congreso mundial, el 11 y 12 de marzo, sobre el sacerdocio, organizado por la Congregación vaticana para el Clero, en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma. En el encuentro, una de las citas más importantes de este Año Sacerdotal, con la participación de 50 obispos y de más de 500 presbíteros, intervino Benedicto XVI para subrayar la necesidad de que el sacerdote tenga muy claro su pertenencia a Dios, y no a los vientos culturales de este mundo.

Nuestra Iglesia es confiable

VER 

 ¡Cuánto dolor, indignación y vergüenza nos provocan los casos comprobados de pederastia clerical, en diversas partes del mundo! Generan descontrol en muchos fieles y desconfianza en la guía de nuestra Iglesia, pues perjudican su testimonio del Evangelio. Nadie deja de reconocer que el abuso sexual de niños y jóvenes es un crimen atroz, execrable, que no tiene nombre, sobre todo cuando es cometido por clérigos en quienes los padres de familia habían depositado su confianza. 

En el centro de la pasión humana

En su magisterio acuciante y espléndido, prodigado a manos llenas estos días, Benedicto XVI ha insistido en dos ideas convergentes que llaman especialmente la atención: la maternidad de la Iglesia y la compasión como dimensión esencial del sacerdote. Son claves esenciales para dar su forma justa a la respuesta que el momento histórico presente demanda de la Iglesia.  

Sacerdocio común

Mucho se ha comentado a propósito del sacerdocio durante el año sacerdotal; es preciso hacerle eco. Poco se ha hablado sin embargo de la dimensión sacerdotal que tiene la vida de todo fiel cristiano, y que sin ser el motor ni el objetivo del año dedicado al sacerdocio, no por ello deja de ser una pieza fundamental de la fe, que a la postre contribuye decisivamente para que el sacerdote comprenda y realice eficazmente su misión.