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Church Forum

Di lo que piensas, y piensa en lo que vas a responder

Puede que seas joven pero no eres simple. Tienes por delante una vida. ¡Cuídate!  

Cuando alguien te presione para tener relaciones sexuales, piensa en lo que vas a responder. Dilo a tu modo, pero dilo:  

((Se sugiere ponerlo en dos columnas y, en lugar de una barra (/), poner una flecha oscura, si es posible))  

“Sólo te lo pido una vez, y no insistiré más” / “Eso es justo lo que me preocupa. Prefiero conservarme para alguien que me va a querer toda la vida”.

Custodia el amor

—¿Y por qué debo esperar a tener relaciones sexuales?, preguntó un adolescente.

—Para amar más y mejor, para ser más feliz y hacer más feliz a tu pareja. La castidad no se limita a actos externos, entre otras cosas, porque la sexualidad es también interior.

Cuaresma

Cuaresma es tiempo de purificación, para recordar los cuarenta días que Jesús pasó en oración y ayuno para preparar su ministerio público. La liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a incrementar el ayuno, la oración y las obras de caridad, las tres prácticas penitenciales por excelencia. Y todo esto con alegría, pidiendo a Dios que, al luchar contra el espíritu del mal, seamos protegidos con las armas de la austeridad.

Cuando la palabra hiere

Comparto una experiencia gratificante que tuve al escuchar la conferencia del Dr. Ricardo Castañón Gómez. El Doctor Castañón era ateo y seguidor de Sartre, y, en 1992 se convirtió al catolicismo a través de sus estudios científicos, en Bolivia. Acostumbra reflexionar sobre el poder la palabra en la familia y en la sociedad. En su libro Hábitos y actitudes, cuando la palabra hiere, afirma que la palabra afecta al cerebro, tiene un efecto físico, de allí la importancia de que la palabra sea constructiva.

Con amor materno

En una homilía sobre la Virgen, San Bernardo decía: “Cuando se levanten los  vientos de las tentaciones, si tropiezas con los escollos de la tentación, mira a la estrella, llama a María. Si te agitan las olas de la soberbia, de la ambición o de la envidia, mira a la estrella, llama a María. Si la ira, la avaricia o la impureza impelen violentamente la nave de tu alma, mira a María.