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pensamientos de vida

Abuelitas.

Abuelitas

Misa de abuelitas, pobrecitas,

un recuerdo para ellas,

unas palabras afectuosas.

Tenerlas en cuenta,

hacerles sentirse útiles,

produjo el efecto de un milagro:

cupo lleno,

rostros, a la salida, algo más rejuvenecidos,

menos serios y dolientes.

Yo les digo, abuelitas,

que se pueden llevar

muchos años a la espalda,

pero se puede rebosar de juventud

en el alma, de alegría en el corazón.

Sonrían, abuelitas, a sus hijos,

a sus nietos, a este mundo triste

El tiempo.

El tiempo

No se puede detener el tiempo,

pero sí se puede obtener cien por ciento

de cada minuto, de cada hora, de cada día.

Y así, el tiempo se va,

pero queda la cosecha de eternidad

que en su paso conseguí.

Se puede y se hace el matar el tiempo,

tirarlo, dejarlo pasar sin más;

y también se puede transformar el tiempo

en elemento eterno,

Estrena la vida.

Estrena la vida

Cada día es irrepetible.

Cada día estreno sorpresas y aventuras,

Estreno la alegría de vivir.

Entonces, disfruta de la vida,

como quien comienza y estrena la vida,

la fabulosa vida de los hijos de Dios.

¡Vive hoy solamente!

Disfruta los momentos que tienes en las manos,

utilízalos lo mejor que puedas,

ama cuanto dé tu corazón,

y se más bueno que ayer,

y prepárate para ser mejor mañana.

Cursillos.

Cursillos

Las horas se van cargadas de charlas, confesionarios,

eucaristías y orientaciones morales.

Pero cuanto más trabajo se me pide,

más llenas se van mis arcas con las gracias de Dios.

Estos cursillos tienen un algo

que los hace felices, fructuosos, deseables,

para el sembrador de ideales.

No se pueden marchar del recuerdo

los días aquéllos,

los maravillosos encuentros

David y Goliat.

David y Goliat

Soy un David

con su honda y sus guijarros.

Debo ir a la lucha

en el nombre del Dios de los ejércitos,

pues, de lo contrario,

de zagal no paso.

Y, con unas piedras de río en mi zurrón,

no iré muy lejos.

Pero, si voy en nombre de Cristo,

cada piedra puede derribar

a un Goliat.

El pinar de la Venta.

El Pinar de la Venta

Me agradó tanto celebrar la misa

en la iglesia del Pinar de la Venta,

a un lado de la carretera,

rodeada de robles y pinos.

Eran de madera su techumbre y ventanales,

Me sentía muy dentro

del silencio íntimo de la iglesia,

y dentro del bosque.

Recé los salmos y el rosario

a la sombra de los pinos,

en la paz dulce del bosque.

Y sentí, dentro y fuera de mí,

Chapala.

Chapala

Mis ojos se lanzan hacia el horizonte,

ávidos de la luz,

del agua de Chapala,

y de las montañas azules

que se juntan con el cielo.

Me ha sorprendido la maravilla del sol naciente,

iluminando de pronto el lago y las montañas,

y todo el paisaje.

He contemplado extasiado la caída del sol,

detrás de las montañas.

¡Hay una paz en este lugar

Tercer milenio.

Tercer milenio

Date prisa,

si es que de verdad quieres llegar

a alguna parte.

Las oportunidades vuelan

como los años.

Decídete hoy.

Hoy comienza una nueva vida

Decídete a los pies de esteárbol viejo de 1998,

decídete al comienzo de un nuevo año.

No estamos acabando sólo un año,

ni un siglo,

sino un milenio:

vale la pena acabarlo bien.

Y comenzar el nuevo milenio

con la frescura y la pureza

de un santo.

El amor es la respuesta.

El amor es la respuesta

El amor es la respuesta.

Amor apasionado,

amor gigante al Gigante del amor.

Si dejo de amar nadie me salva.

Pero si el amor vigila,

no hay por qué temer.

Por amor me levanto

y por amor me acuesto.

Por amor lucho y trabajo,

y por amor descanso.

La oración me lanza al amor,

y el apostolado lo hago por amor.

Si el amor en mí es más fuerte que la muerte,

Amo la vida.

Amo la vida

Hoy resonaron en mis cansados oídos

palabras de primavera:

“Yo amo la vida;

amo el sol, las nubes;

amo las flores, las personas;

amo a esta vida.

Y me gusta sentirme libre,

para decidir cada mañana,

amar a Jesucristo.

Y así siento mi amor fresco todos los días,

como a los diez y seis años.”

¿Por qué no lo imito,repitiendo,

cada amanecer, idénticas palabras?

Yo también amo el sol,

y los campos, y las flores.

Veo en ellos la sonrisa de Dios.