Chapala
Mis ojos se lanzan hacia el horizonte,
ávidos de la luz,
del agua de Chapala,
y de las montañas azules
que se juntan con el cielo.
Me ha sorprendido la maravilla del sol naciente,
iluminando de pronto el lago y las montañas,
y todo el paisaje.
He contemplado extasiado la caída del sol,
detrás de las montañas.
¡Hay una paz en este lugar
que penetra hasta los rincones del alma!.
El cielo es azul de verdad,
y las nubes que surcan el cielo
lucen limpias de smog.
¡Qué fácil es encontrar a Dios
en las noches de luna de Chapala!.