Cursillos
Las horas se van cargadas de charlas, confesionarios,
eucaristías y orientaciones morales.
Pero cuanto más trabajo se me pide,
más llenas se van mis arcas con las gracias de Dios.
Estos cursillos tienen un algo
que los hace felices, fructuosos, deseables,
para el sembrador de ideales.
No se pueden marchar del recuerdo
los días aquéllos,
los maravillosos encuentros
con el Dios de mis días de gloria,
con el Dios que volvía felices
a cientos de almas juveniles.
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