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El pinar de la Venta.

El Pinar de la Venta

Me agradó tanto celebrar la misa

en la iglesia del Pinar de la Venta,

a un lado de la carretera,

rodeada de robles y pinos.

Eran de madera su techumbre y ventanales,

Me sentía muy dentro

del silencio íntimo de la iglesia,

y dentro del bosque.

Recé los salmos y el rosario

a la sombra de los pinos,

en la paz dulce del bosque.

Y sentí, dentro y fuera de mí,

la cercanía de Dios:

el Dios de los bosques,

y el Dios de las almas;

el que se construye iglesias

en la intimidad del espíritu,

y el que descansa en la quietud de los bosques.