“¿Qué le importa al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?”(Mt.16,26)
Escuché la frase en el intermedio de una película que ponían en televisión. Era el anuncio de una sociedad médica, que pretendía la captación de nuevos socios.
Confieso que me impactó y me quedó bailando en la mente. Todo un acierto de común experiencia y universal aprecio. Decía así: ”Para lo que de verdad importa, lo demás es relativo”.Naturalmente, se refería a la salud corporal.
Era previsible la confrontación entre la Iglesia y el Gobierno socialista en el asunto del aborto libre, el ensayo con embriones y los matrimonios homosexuales. Podrán guardarse todas las formas externas de educación, para que no salten chispas en el diálogo institucional y se realice éste con sordina, para evitar tensiones innecesarias.
Como falsa moneda en curso, en los días previos al Cónclave, en algunos medios corren como auténticas algunas imágenes de la Iglesia que nada tienen que ver con la realidad.
No sé si será por ignorancia o tal vez, por el deseo, más o menos deliberado de distorsionar el rostro de la Iglesia y de su misión, el caso es que se oyen y se escriben cosas que inducen a la confusión en personas no bien formadas.
El hombre actual, en su corta vida, se agita febrilmente en la búsqueda de mil cosas que le entretienen, distraen y a veces le desvían de su meta esencial, que no es otra que el encuentro consigo mismo, con Dios y con los demás. Corre ansioso y dedica la mayor parte de su vida y de su tiempo en el logro compulsivo de la fama, del éxito, del placer efímero, del tener y poseer dinero, del encaramarse al poder y del triunfar como sea. Su horizonte vital y personal es más bien difuso, corto y achatado.
El hombre actual, en su corta vida, se agita febrilmente en la búsqueda de mil cosas que le entretienen, distraen y a veces le desvían de su meta esencial, que no es otra que el encuentro consigo mismo, con Dios y con los demás. Corre ansioso y dedica la mayor parte de su vida y de su tiempo en el logro compulsivo de la fama, del éxito, del placer efímero, del tener y poseer dinero, del encaramarse al poder y del triunfar como sea. Su horizonte vital y personal es más bien difuso, corto y achatado.
Las apariencias engañan. Entre los humanos, nadie es tal como aparece ante los demás. La parte más importante-el interior- pasa desapercibida casi siempre. Por eso, Jesús, que conocía como nadie el corazón del hombre, nos dejó dicho:”No juzguéis y no seréis juzgados”.
La razón principal de esta recomendación evangélica reside, principalmente, en que al desconocer el interior de las personas, estamos expuestos a equivocarnos casi siempre.
Para contrastar nuestra conducta y comportamiento, los cristianos tenemos los mismos referentes: El Evangelio, el ejemplo y enseñanza de Jesús, el Magisterio de los Papas, la Tradición Apostólica , y el modelo de los santos. Todos tenemos necesidad de hacer auto examen, a nivel personal y colectivo, para conocer dónde nos encontramos.
Sin pretensiones de ningún tipo, con sencillez y humildad, he aquí lo que merece destacarse.
Nos sobra tiempo para nosotros y nos falta tiempo para darnos a los demás.
Todos necesitamos hacer auto examen individual y colectivo para mejorar nuestra conducta y comportamientos, que tienen como referente la figura inigualable de Jesús.
Sin pretensiones de ningún tipo, con sencillez y humildad, brindo al lector interesado unas pautas de reflexión.
-Nos sobra dinero para caprichos y nos falta generosidad para paliar necesidades ajenas
-Nos sobra autosuficiencia y nos falta humildad para reconocer nuestros fallos y pecados
He leído una frase del gran contemplativo y converso Charles de Foucold, que me ha impactado profundamente y que brindo a la meditación de los lectores.”Desde que descubrí que Dios existe , entendí que el único sentido de mi vida ,era el vivir para ÉL”.Rotundo y cierto.
Dios es el único Absoluto existente. Lo demás es relativo. Un verdadero creyente tiene que saber relativizar todo-trabajo, familia, política, salud, negocios etc y comprender de una vez por todas, que Dios es el único Absoluto para el hombre.
El hecho religioso en sí mismo, no es suficientemente valorado, en general, ni en algunos medios de papel, ni tampoco digitales. Excepción hecha de algunos periódicos de ámbito nacional como ABC y La Razón, o Periodismo Digital, los demás apenas informan del hecho religioso o lo engloban, sin más, en la sección de Sociedad, sin darle apenas relevancia específica.