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Lo importante y lo esencial

“¿Qué le importa al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?”(Mt.16,26)

Escuché la frase en el intermedio de una película que ponían en televisión. Era el anuncio de una sociedad médica, que pretendía la captación de nuevos socios.

Confieso que me impactó y me quedó bailando en la mente. Todo un acierto de común experiencia y universal aprecio. Decía así: ”Para lo que de verdad importa, lo demás es relativo”.Naturalmente, se refería a la salud corporal.

Es evidente que la mayoría de la gente valora la salud física como el bien más importante; el bien por excelencia. Todo lo demás, incluyendo el dinero, la fama, la belleza, el placer, el éxito, el poder ,el triunfo en la vida e incluso el amor, en parangón con la salud, pasan a segundo término. Es decir, son bienes relativos.

No estoy del todo de acuerdo. Quizás me tachen de ir contracorriente. No importa. Además afirmo, sin ningún género de dudas, estar en lo cierto. Para servidor, como para millones de cristianos que conocen y han orientado su vida según Jesucristo, nos guiamos por su Palabra, la única verdadera.

Pues bien, hace más de 20 siglos, Jesús de Nazaret pronunció una máxima que rumiada y guardada en la mente y corazón de los creyentes, ha dado un vuelco espectacular a sus vidas y alienta -hoy como ayer y siempre- la esperanza de millones de hombres y mujeres en el mundo entero. Hélas aquí: “¿Qué le importa al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?”(Mt.16,26).

Y es que lo pensemos o no, lo admitamos o no, la salud corporal es importante, pero la salvación eterna es lo esencial.