El hecho religioso en sí mismo, no es suficientemente valorado, en general, ni en algunos medios de papel, ni tampoco digitales. Excepción hecha de algunos periódicos de ámbito nacional como ABC y La Razón, o Periodismo Digital, los demás apenas informan del hecho religioso o lo engloban, sin más, en la sección de Sociedad, sin darle apenas relevancia específica.
Ahora bien, cuando se trata de algo muy llamativo, como el deceso de un Papa, un Cónclave, algún suceso de tinte morboso, o escándalo clerical, entonces se explayan desmesuradamente y no siempre con criterios objetivos y de imparcialidad.
El fenómeno religioso, por más que se empeñen algunos medios, favorecedores de un laicismo a ultranza, siempre en todos los tiempos, y también en el nuestro, ha interesado al ser humano, racionalmente preocupado por su destino trascendente.
Hasta que no haya un asesor religioso o profesional cualificado, en cada medio escrito o audiovisual, no se habrá logrado el nivel satisfactorio propio de la sociedad madura y global en que vivimos, así como el derecho y demanda natural de los destinatarios de la información.