Padre Miguel Rivilla San Martín
Algunos que se llaman cristianos-se ofenderían si les considerasen ateos o judíos o musulmanes- dan la triste impresión de ser enemigos declarados de la Iglesia.¡NI AGUA¡. No tienen ojos nada más que para lo NEGATIVO y piensan que ellos están libres de todo pecado.
La campaña para la despenalización de la eutanasia está en marcha. La 1ª de TVE y la peli de Amenábar –Mar adentro- sobre la muerte de Sampedro la han iniciado. Se ve venir lo que nos espera a los españolitos tras el verano. La táctica socialista es conocida de sobra.
Los internautas que navegan por las corrientes procelosas de la red de redes, perciben que las aguas están un tanto revueltas. Las alabanzas y descalificaciones de algunos directores de programas, estrellas radiofónicas, están a la orden del día.
Dan lugar a discusiones apasionadas en pro o en contra, algo parecido a lo que sucede entre los hinchas y rivales de ciertos equipos de fútbol.
Preciosa y emotiva retrasmisión la efectuada por La 2 de TVE de la solemne eucaristía, desde la catedral compostelana, el día de Santiago Apóstol, patrono de España, con ocasión de la clausura del Año Jacobeo. Fue celebrada por el arzobispo de Santiago, Julián Barrios y decenas de cardenales, arzobispos, obispos, canónigos y sacerdotes, concelebrantes.
Este grupo minoritario de Cataluña, achaca a los obispos “mala fe” en la convocatoria de la manifestación pro Familia y que el único fin pretendido es “desgastar al Gobierno”.
Graves, infundadas y no conformes a la realidad, estas acusaciones. Lo que dice este grupo sectario, contestatario y progresista de la iglesia catalana, no pasa de ser un juicio de intenciones.
Hablaba hace poco con una relevante personalidad eclesial, hispanoamericana, buen amigo, y seguidor apasionado, desde Chile, de la realidad actual española.
En tiempos no muy lejanos, España ha sido para las naciones hermanas, un referente obligado a tener en cuenta y un ejemplo a seguir en tantos aspectos políticos, sociales y religiosos.
En el último Festival erótico de S. Sebastián, con ocasión de la proyección de una cinta de alto contenido sexual, del director británico Michael Winterbottom, se reabrió la vieja polémica de qué límites debe haber entre pornografía y erotismo.
Es muy propio de ciertos sectores y personas desafectas con la Jerarquía católica el colgarles etiquetas en sus actuaciones pastorales, según estén o no de acuerdo con sus criterios "infalibles" y sentirse árbitros indiscutibles de lo verdadero y de lo falso.
Una vez más se evidencia lo anteriormente escrito al ver cómo algunos medios calificar de "CONSERVADORES" a los obispos que se manifestaron a favor de la familia.
No podían faltar, como es natural, las naturales reacciones y críticas en algunos medios a la intervención homilética, en la catedral compostelana, del arzobispo de Santiago ante el Rey y el Presidente del Gobierno, en el día del Apóstol.
Se le tacha a monseñor Julián Barrios, entre otras cosas, de inoportuno en el modo, lugar y tiempo, al criticar en su homilía los matrimonio gays y apostar “por el matrimonio heterosexual, cuya quiebra supone la quiebra de la sociedad”.
De auténtico fenómeno sociológico calificaría el estreno de la tercera parte de la trilogía “El Señor de los anillos” del director Peter Jackson. Rara coincidencia de unánime aceptación entre la crítica especializada y el espectador más exigente. Se ha calificado a este filme como el acontecimiento cinematográfico de la Navidad 2003.Me atrevería a decir del 2004 y una de las cintas más grandiosas e impresionantes jamás vistas, desde el nacimiento del 7º arte.