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Libro Quiero vivir, pensamientos de vida (con permiso del autor)

Subir.

Subir

He empezado desde abajo

donde se mueven millones de seres;

pero he comenzado a escalar la cumbre

y a medida que subo un poco más,

me encuentro con menos gente,

aunque más cultivada.

Y quiero seguir subiendo.

Ya somos menos.

Quiero encontrarme con menos hombres

cada vez,

más solitario,

porque, a medida que se sube,

quedan atrás los mediocres.

Un luchador.

Un luchador

¿Qué hace un luchador verdadero?

Obliga a su pobre cerebro

a encontrar un camino;

se equivoca y se corrige;

pero no desiste, lucha, se desvela,

se cansa a ratos, se harta

y quisiera tirar la toalla,

pero no está permitido.

Bebe la amargura de la derrota

la lentitud en los avances.

Y vuelve otra vez a la batalla

hasta que atrapa la victoria.

Una barca y unas redes.

Una barca y unas redes

Se habló de los peces

que no se dejan atrapar...

Yo soy un pescador bisoño.

Me han dado una barca y unas redes.

Delante de mi se extiende el ancho mar,

el océano azul, profundo, embrujado,

que encierra en su seno

tantos misterios y esperanzas.

Salí al alta mar y eché mis redes

y se fueron llenando de peces

del tamaño de mi fe.

Un hombre nuevo.

Un hombre nuevo

Qué fácilmente habías olvidado

los grandes verdades de la vida,

qué dura caparazón de rutina,

inconsciencia y pereza

traías pegadas a la piel.

¡Qué miserable entraste

por la puerta de la casa de retiros!.

Cuando cruces de nuevo esa puerta

serás un hombre nuevo.

He visto a muchos nacer de nuevo

en un retiro.

Paz de los lagos.

Paz de los lagos

He venido a sentarme

en la misma piedra de otros tiempos,

a beber y aspirar la paz de este paisaje:

ante mis ojos tengo aquellas montañas

de suaves laderas y abruptas en su cima.

En el valle duermen

dos pueblos de tejados rojos.

Y el lago manso y sereno en el centro.

Más cerca de mi

los maizales de tallos altos,

ricos de esperanza, siguen creciendo.

Paz de los lagos...

Fe milagrosa.

Fe milagrosa

Siempre que tuve fe

como un grano de mostaza,

se realizaron las cosas.

Debo aplicar esta fe curativa

a mis enfermedades del cuerpo y del alma,

lanzarla como catapulta contra mis temores

hasta pulverizarlos.

Quiero sorpresas, revoluciones dentro de mi

y a mi alrededor;

aplastar mis pensamientos viejos

con el mazo de mi nueva fe.

La fe mueve montañas,

Cuando el entusiasmo se va.

Cuando el entusiasmo se va

Cuando el entusiasmo viene a casa

es como abrir las ventanas

y contemplar un bello paisaje,

escuchar una música celestial;

es sentir la vida en el alma.

Pero cuando el entusiasmo se va,

llega la noche;

y no la noche de luna y estrellas,

que esa es una hermosa noche,

sino las nubes negras,

el frío y la niebla,

que obligan a cerrar las ventanas.

Una cosa a la vez.

Una cosa a la vez

Un asunto cada vez.

Y no dejar que nadie me atropelle

con varios asuntos al tiempo.

Una vez resuelto el primero,

entonces sí, que venga el segundo.

Sobre la mesa un solo asunto

y los elementos necesarios para resolverlo.

Esta sencilla estrategia de trabajo

ofrece una gran paz.

Además de que no hay forma más rápida

de hacer muchas cosas

Oro y barro.

Oro y barro

Tanto se ha escrito de Mozart ,

con el corazón,

para encumbrarlo o denigrarlo,

que quiero saber la verdad

de este hombre y de este genio.

Quizá la verdad

esté hecha de oro y barro:

El barro de una naturaleza pobre,

enferma,

demasiado humana;

y en ese barro se encarnó

la chispa inmortal de su genio.

Rumbo al sol.

Rumbo al sol

Espantado estoy

de lo que puede sucederle a un hombre,

por optimista que sea,

si se deja carcomer por sus pensamientos.

Tiempo hubo en que cultivando

las buenas ideas,

tus jardines florecieron.

La vida se tornaba dichosa y amable.

Más ahora prevalece la nube,

el gris, la monotonía.

De aquí a morir de hastío

es cuestión de años