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Padre Fintan Kelly L.C.

Cristo tiene un corazón intacto

Cristo tiene un corazón intacto

“Hay en Belén un aire de delicadeza, de dignidad, de pudor, que conmueve al corazón sensible. Allí se mueve una virgen joven y bella; no hay curiosos. Cristo nace virginalmente y naciendo así opta Él mismo por la virginidad y consagra una Iglesia virgen. ¡Como que la misma soledad del lugar y del momento es un signo precisamente de la excelsa pureza de los protagonistas de aquel acontecimiento!”

Cristo se deja llevar por el Espíritu Santo

“Nos encontramos en la obra de Jesucristo al Espíritu Santo como guía y artífice de la misma. Lo encontramos en el umbral mismo de la vida de Jesucristo: en la encarnación como hacedor de la misma; y nos lo volvemos a encontrar al final, sellando la obra redentora de Cristo, el día de Pentecostés. Está presente a lo largo de toda su vida: lo conduce al desierto, lo unge en el Jordán, y se establece entre los dos una perfecta unión de tal manera que el espíritu de Cristo es el Espíritu Santo.”

Cristo es hombre para los demás

“Jesucristo en su Pasión se redujo a pecado por nosotros. Y todo esto por la única razón del amor que nos tenía. Un amor que no habíamos merecido, que tenía motivos para ser odio y castigo, y que, sin embargo, mantuvo con una fidelidad y con una profundidad propias de Dios, hasta dar su vida por sus mismos enemigos y encontrar el misterioso modo de quedarse con nosotros en la Eucaristía.”

Con el mazo dando

El Maestro estaba bien cansado. Había tenido, como dicen, una jornada de Napoleón. Curó a muchísimos enfermos y predicó largas horas. Ahora duerme plácidamente en la popa, con la cabeza sobre un cojín. Yo puedo imaginar a una señora acercándose a Jesús antes de que se fuese y regalándole el cojín. Las mujeres son fabulosas para este tipo de detalles. Me hacer pensar en Verónica, que, según la tradición de la Iglesia, enjugó con un paño el rostro sangriento de Jesús durante el via crucis y la imagen del divino rostro se quedó impresa en el paño.

Anuncio de Su Pasión y Muerte

Anuncio de Su Pasión y Muerte

Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser muerto y resucitar a los tres días. Hablaba de esto abiertamente. Tomándole aparte, Pedro se puso a reprenderle. Pero él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciéndole: ¡Quítate de mi vista, Satanás! porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.

Mc 8,3 1-33

Debemos llevar nuestra cruz con sentido sobrenatural.

Aceptar a Jesucristo

El cristianismo es aceptar a Jesucristo y todo lo que Él nos enseña en el Evangelio, interpretado auténticamente por el Magisterio de la Iglesia.

Jesucristo contó la parábola de los viñadores infieles (Mt 21,33-46) a los sacerdotes judíos y a los fariseos, pues ellos estaban rechazándole a Él, el Hijo de Dios, enviado por el Padre (v.45).

Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Dios Padre escogió la pureza para su Hijo

Esta pureza brilla no sólo en Cristo sino también en su Virgen Madre y en San José, el casto esposo de María. En el pantano de la impureza del mundo nacen unos lirios blancos y puros. El mundo de hoy busca los placeres con avaricia. Los persigue y después siente náuseas al hartarse del amargo placer de la concupiscencia de la carne. Belén nos recuerda que la pureza excluye la impureza y que el sendero de la felicidad pasa por la fidelidad al sexto mandamiento de Dios.

Dios Padre escogió la pobreza para su Hijo

Es desconcertante y avasallador, -casi supera nuestra capacidad de sorpresa-, contemplar a Dios hecho Niño, acompañado de María y de José, rodeado de unos animales y metido en una cueva excavada en la montaña, en una noche fría de invierno. El que hizo el universo, el que abrió los labios y fue obedeciendo en todo, el que dio a los demás la existencia, el que pudo escoger su forma de nacimiento, ahí está pobre, rodeado de pobreza, gozoso en la pobreza de sus padres.