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El imperio de la ley

El imperio de la ley

Hay que ver con qué énfasis y rotundidad algunos progres de salón nos recuerdan a toda la ciudadanía, con ocasión de la objeción de conciencia de alcaldes a casar uniones gays, que no “matrimonios”, que “todos, absolutamente todos los ciudadanos estamos sujetos al imperio de la ley”.

Leyes y “leyes”

Algunos piensan que algo es bueno simplemente porque lo permite una ley. En realidad, muchas veces no es así, pues lo legal y lo ético se mueven en ámbitos diferentes. Además, existen leyes realmente mal hechas, impuestas de un modo arbitrario y fuera de contexto.

¿Qué requisitos debe cumplir una ley para ser realmente correcta y, sobre todo, justa? Hay una serie de requisitos de tipo formal, y otros, más profundos, de tipo ético.

¿Sólo leyes y barreras?

A veces pensamos que el mundo será mejor con más leyes, con altas barreras llenas de alambradas, con policías eficaces, con cámaras de vigilancia omnipresentes, con jueces honestos, y con cárceles para todos los malvados.

Pero luego la vida nos enseña que el corazón de los hombres no cambia ni siquiera con amenazas ni con castigos.

Diálogo y ley moral natural

Parece que hablar es tan fácil como abrir la boca, decir palabras, escuchar sonidos. Detrás de cada uno de esos actos, sin embargo, se esconden presupuestos profundos, sin los cuales es imposible el diálogo.

Una tradición milenaria de reflexión filosófica ha encontrado tales presupuestos en la “ley moral natural” (o, más sencillamente, “ley natural”). ¿De qué se trata? De reconocer que existe un sustrato común de normas y principios que vinculan a los seres humanos.

Laicismo y diálogo

Dialogar no es fácil. En parte, porque el mundo moderno nos ha llenado de prisas. En parte, porque muchos prefieren leer o reflexionar por su cuenta sobre cierto tipo de temas. En parte, porque hay antagonismos profundos que nacen de diferentes puntos de vista o de actitudes internas de poco aprecio hacia los que tienen otros puntos de vista.

Ante las trampas del enemigo

Ante las trampas del enemigo

1.- LOS ENEMIGOS DE JESÚS

Según los documentos de que disponemos, los motivos del conflicto podrían resumirse en cuatro capítulos: la crítica de la autoridad de la ley, el desplazamiento del centro de gravedad de la religión, la decepción provocada por la negativa ante las representaciones mesiánicas, la intrusión en la organización social.