Pasar al contenido principal

Padre Fernando Pascual L.C.

Anna Abrikosova: la fuerza de los débiles

Anna Abrikosova había nacido en Moscú en 1882. Pertenecía a una familia de buena posición social. Esto le permitió viajar al extranjero y hacer estudios universitarios en Cambridge (Gran Bretaña). Después de regresar a Rusia se casó con Vladimir Abrikosov, en 1903. Cinco años después, en diciembre de 1908, los esposos Abrikosov, que pertenecían a la Iglesia ortodoxa, ingresaron en la Iglesia católica, sin abandonar el rito oriental. La pareja de los Abrikosov llegó a ser como el alma de los católicos de Moscú. En 1913, Vladimir y Anna hicieron votos religiosos.

“Amó a la Iglesia”

Cuatro palabras para resumir la vida del obispo de Roma: “Amó a la Iglesia”.

Cada obispo es pastor: cuida a los católicos de su diócesis, trabaja por extender el Evangelio, reza por su Pueblo, fomenta la unidad con los demás obispos y con el Papa.

El obispo de Roma es un pastor especial: sirve a toda la Iglesia, vela por la unidad entre los obispos y los fieles, predica y enseña al pueblo de Dios esparcido por todo el mundo, anuncia a los hombres y mujeres de buena voluntad que Dios se ha revelado en Jesucristo su Hijo.

Religión, razón y violencia

Benedicto XVI pronunció un discurso profundo y estimulante, dirigido a la comunidad universitaria, en la ciudad de Ratisbona, el 12 de septiembre de 2006. Sus palabras eran una reflexión sobre la importancia de unir fe y razón como camino irrenunciable para el diálogo entre las culturas y las religiones.

Prensa: ¿menos objetiva y más honesta?

La objetividad es una ley del periodismo moderno. Un periódico cree ser objetivo si recoge los distintos puntos de vista sobre un tema, las declaraciones de los representantes de partidos y religiones distintas, las posiciones a favor o en contra de una idea, de un personaje, de un acontecimiento.

Por ejemplo, inicia un escándalo contra un banquero. La prensa objetiva publica las acusaciones y la defensa, entrevista al acusado y a los acusadores, recoge las opiniones de los amigos y de los enemigos.

Falsos mesías

Siempre ha habido injusticias. Por culpa de explotadores sin escrúpulos, por cobardes dispuestos a ceder a todo con tal de conservar su puesto, por ambiciosos que desean más y más poder y riqueza.

Frente a la miseria, incluso al hambre que sufren millones de personas por culpa de la injusticia, en el pasado y en el presente han surgido falsos mesías.

El falso mesías es un líder que se siente “llamado” a iniciar la revolución, a imponer (según promete) la justicia, a eliminar opresores e iniciar un mundo nuevo, perfecto, incorrupto.

Por una sana laicidad

La laicidad puede gozar de salud o puede “enfermarse”. Será sana si promueve una correcta separación entre el estado y las religiones. Estará enferma si, en nombre de la separación entre estado y religiones, impide a las religiones participar en la vida pública como lo puede hacer cualquier otra instancia social.

Dios y el Cesar

La religión, según algunos, debe quedar fuera del ámbito público. Porque, dicen, lo que se refiere a Dios no debe mezclarse con lo que se refiere a la vida social. Dios y el César necesitan vivir, cada uno, en su propia esfera, bien separados, bien tranquilos, como defiende una corriente del laicismo que tiene un vigor nada despreciable.

Iglesia y posesión de la verdad

Diversos autores atacan decididamente a los católicos porque “pretenden poseer la verdad”, porque piensan que los demás están equivocados. Tales críticas tienen distintos orígenes y variantes. Vamos a fijarnos ahora en dos principios o ideas que suelen sostener estas críticas.

La primera consiste en suponer lo siguiente: quienes creen poseer la verdad están incapacitados para el diálogo, porque es imposible dialogar si uno de los interlocutores cree poseer la verdad y piensa que el otro está equivocado.