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Padre Fernando Pascual L.C.

La Revelación y la filosofía

El mensaje de Dios al hombre necesita ser presentado a cada generación humana. Para ello, la Iglesia busca los mejores modos para explicar, en los distintos momentos de la historia, lo que vale siempre, lo que Dios desea comunicar a cada uno de sus hijos.

En este esfuerzo, la filosofía ofrece una ayuda insustituible. Pero no cualquier filosofía sirve, sino sólo aquellas que sean capaces de avanzar hacia la verdad, que respeten un mensaje que no puede ser encuadrado en las modas cambiantes ni en las ideologías.

El sacramento de la caridad

Llamar a la Eucaristía “Sacramento de la caridad” es una hermosa manera para explicar cuál es nuestra vocación más profunda como cristianos: la caridad.

Somos cristianos porque Dios nos ama, porque nos quiere rescatar del pecado, porque nos permite que seamos hijos, porque nos ofrece en Cristo el abrazo eterno de Su Misericordia.

Necesitamos creer, necesitamos celebrar, necesitamos vivir auténticamente estas verdades que nos permiten ser cristianos auténticos.

Aborto y laicidad

La laicidad de un estado es sana cuando son aceptados y promovidos valores básicos sin los cuales no hay auténtica convivencia social. La defensa de la vida, la justicia y la igualdad ante la ley, la protección de los débiles, el apoyo a la familia, la tutela del derecho al trabajo, son temas no negociables: ningún estado puede dejar de lado la defensa de los derechos humanos fundamentales.

El Papa cumple 80 años

Se dice rápido: el Papa cumple 80 años.

Quedan atrás años de aventuras, de ilusiones, de tristezas, de esperanzas. Los recuerdos se agolpan en la mente, las felicitaciones hacen presentes a corazones amigos, las ausencias dejan un sello de nostalgia.

Benedicto XVI (Joseph Ratzinger) nació un 16 de abril de 1927 en Marktl am Inn. Cuando era niño, pudo tocar el drama de un pueblo sometido a la ideología atea y racista de Adolf Hitler, uno de los más trágicos representantes de la “cultura de la muerte”.

¿Productos de la concepción?

Los niños acaban de salir de la escuela. Corren, en grupos desorganizados, hacia el parque. En un instante organizan sus juegos, en medio de un griterío lleno de entusiasmo.

Juanito, Sandra, Pepe, Alfonso, Felipe, Jimena, Marifer, corren entre los árboles, saltan en los jardines. Cada uno se identifica por un nombre, un mote, y unos apellidos. Cada uno tiene una historia, una vida maravillosa, el cariño de sus padres. Cada uno fue un día (¿dejó alguna vez de serlo?) producto de una concepción.

El Papa en América

El Evangelio es como una semilla. Cae en muchas tierras. En algunas arraiga y crece con vigor. En otras es sofocada, muere prematuramente. Una vez crecida, la semilla evangélica puede perderse, porque hay plantas robustas que pierden sus raíces. Pero también puede conservar su vigor y multiplicarse en nuevas generaciones de creyentes. Benedicto XVI viaja a una América joven. Ya han pasado más de 500 años desde que la semilla del Evangelio cayó en tierras americanas. La nueva generación, como cada generación, se pone ante Cristo y se pregunta: Tú, ¿quién eres? (cf. Jn 1,22).

Detrás de un atentado

¿Qué hay en el corazón de un hombre que explota un camión cargado de dinamita en un mercado lleno de personas sencillas? ¿Cuál ha sido la causa para que un grupo terrorista secuestre y asesine a cientos de niños inocentes o a los enfermos de un hospital? ¿Por qué ese deseo de sangre y de muertes en trenes llenos de pasajeros que no son culpables de las enormes injusticias de nuestro mundo?

Esperanza para los niños muertos sin bautizar

El tema del limbo de los niños tiene una importancia enorme, sobre todo para los millones de padres de familia que han visto morir a un hijo muy pequeño (antes o después de nacer) sin haberle podido ofrecer el don del bautismo.

La doctrina del limbo había sido elaborada, durante siglos, a partir de una serie de verdades fundamentales de la fe católica, pero con conclusiones que no parecían suficientemente claras.