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Padre Fernando Pascual L.C.

Paradojas de la tolerancia

Un profesor está convencido del valor de la tolerancia. Por lo mismo, cree que nadie (autoridades, estado, prensa) puede obstaculizar el acceso a cualquier trabajo de ningún otro ser humano por sus ideas. Ese mismo profesor se encuentra un día, en su misma universidad, con un joven que defiende sin titubeos ideas racistas y xenófobas y que se presenta al examen de admisión para conseguir una cátedra. El profesor tolerante debe dar su voto, debe emitir un juicio.

Otro tipo de secuestros

Cada secuestro es un drama. Un hombre o una mujer caen en manos de delincuentes o de terroristas despiadados. Pierden su libertad, son tratados como simples “objetos” de los que se busca sacar dinero o “ventajas políticas” para la propia ideología asesina.

La víctima sufre intensamente. Sufre, de un modo especial, al pensar en quienes le aman, en quienes participan más de cerca de su tragedia, del sucederse de días de esperanza y de días angustiosos de silencio o de amenazas.

Objetos, animales y personas

Los objetos no nos asustan. No tenemos miedo del escritorio, de la pared, de la cama, del bolígrafo. Manejamos con habilidad la computadora, el teléfono, el iPod. Estamos seguros de que funcionará el aparato de música y que encontraremos fácilmente aquella melodía que tanto nos gusta.

Noticias ocultas

La prensa amplifica los hechos hasta dimensiones mundiales. Una niña desaparecida, un crimen misterioso, un robo “perfecto”, la muerte de un personaje famoso, se convierten en centro de atención de millones y millones de personas.

El mundo de la información nos llena de ansiedades, nos obsesiona con noticias, insinuaciones, sospechas, intrigas. Muchas veces, con o sin intención, nos aturden y absorben detrás de noticias que nunca lo habrían sido sin la ayuda de un primer periodista hambriento de misterios y de intrigas.

No tener miedo a los valores

Hay temas en los que se descubre, en seguida, lo que piensan algunas personas. Cuando se habla de la eutanasia, del aborto o de la pena de muerte, tocamos valores fundamentales, valores sobre los que se construye la vida social y política de cada pueblo, y cada uno suele decir en seguida cuál es su punto de vista.

Negocios y ética, ¿dos líneas paralelas?

Negocios y ética, ¿dos líneas paralelas?

Las líneas paralelas no se tocan. Van hacia adelante y hacia atrás sin encontrarse nunca. Se “miran” mutuamente, a distancia, con recelo, como si no tuviesen nada que ver entre sí.

Algunos piensan que negocios y ética, que economía y valores, son líneas paralelas. Quizá están cerca, quizá se conocen mutuamente. Pero no se tocan: nunca llegan a establecer puentes y relaciones de diálogo y de colaboración.

No somos lo que queremos ser

“Y una lucecita que apenas se ve

cuando estoy a solas va diciéndome

que no soy yo, que aun no soy yo”.

Reflexionamos sobre estos versos de una famosa canción. Hay algo en nuestros corazones que nos interroga continuamente, que nos pone ante lo que hacemos, lo que nos preocupa, lo que queremos, lo que soñamos, y nos dice que todavía hay que caminar, hay que conquistar nuevas metas, hay que ir hacia montañas lejanas.

Nacionalismos y dignidad humana

El hombre es un ser histórico. Nace en una familia, aprende un idioma, se sumerge en una cultura, acoge la religión que le enseñan en casa o en la parroquia.

Desde su historicidad, cada hombre o mujer entra a formar parte de diversos grupos humanos. Desde el más íntimo y cercano, la familia, hasta el más amplio y universal, la humanidad.