¿Seguro, seguro, seguro?
¿Seguro, seguro, seguro?
Poco a poco en el mundo entero vamos tomando con más seriedad el tema de la seguridad. Es cierto que existen accidentes inevitables, pero la inmensa mayoría tienen como causa la imprudencia.
Poco a poco en el mundo entero vamos tomando con más seriedad el tema de la seguridad. Es cierto que existen accidentes inevitables, pero la inmensa mayoría tienen como causa la imprudencia.
Desde que se pusieron de moda los derechos humanos, es mucho lo que se ha escrito y hablado sobre la tortura. Es famoso el chiste de aquel concurso de agencias policíacas en el que se les pidió a agentes del FBI, la KGB y la Judicial que atraparan vivo un conejo en un bosque. Claro está que el equipo ganador sería el que lo consiguiera en menos tiempo. Los norteamericanos tardaron una hora, los rusos cincuenta minutos y los mexicanos regresaron a la media hora con un elefante severamente golpeado que llegó diciendo: “les juro por mi madre que soy conejito”.
La paternidad y maternidad han de entenderse principalmente como una labor educativa, por lo tanto, la calidad de la paternidad ha de calificarse con la educación que se da a los hijos. Veamos algunos cuestionamientos sobre este tema:
¿Podría usted decir con claridad y en pocas palabras cómo está educando a sus hijos?
¿Cuáles son las metas a largo, mediano y corto plazo, que se han fijado como padres para cada uno de sus hijos?
Señor tú eres nuestro pan que hay que compartir
Un mundo nuevo llega ya que hay que construir.
Jesús la noche en que se dio
a todos dice así:
Tomad, comed, mi cuerpo es,
por todos yo lo doy.
Estando ya la cena al fin
el cáliz da a beber
Tomad mi sangre, ésta es
por todos yo la doy.
El pan que da la vida soy
y la resurrección,
quien come de este mismo pan
conmigo vivirá.
Yo he venido a salvar,
y no a condenar.
El Señor nos ha amado como nunca nadie amó.
El nos guía cada día con su fuerza y con su luz.
El nos llena con su amor cuando partimos el pan.
Es el pan de la amistad, el pan de Dios.
Es mi cuerpo que doy a comer,
es mi sangre que doy a beber.
Porque soy la vida y soy el amor.
Oh Señor, condúcenos en tu amor.
El Señor nos ha amado como nunca nadie amó.
Fue un pobre carpintero para los de Nazarethh.
Con sus manos trabajó dando ejemplo de bondad, el trabajo y sufrimiento conoció.
Santo, Santo, Santo es el Señor
Dios del Universo, santo es el Señor
El cielo y la tierra están llenos de tu gloria
Hosanna en el cielo
Bendito es el que viene en el nombre del Señor
Hosanna en el cielo
El síndrome de "Peter Pan" se ha convertido en casi una enfermedad social: la de aquellos que no quieren terminar de madurar. El síndrome se manifiesta en aquellos que, aunque llevan una vida profesional exitosa, en su vida se siguen comportando como adolescentes, es decir, egocéntricos, irresponsables y ávidos de la última diversión.
“Si me quieres, dame una prueba: ¡entrégate a mí!”, dice el novio.
“Si te quiero a la mala, sí te la daré, para que te degrades tú y, a su vez, me degrades a mí”.
“Hablo en serio, te amo. ¿Cuándo vas a ceder?”, insiste él.
“No soy coche para que me pruebes; soy persona, única e irrepetible. Ceder una o dos veces equivale a rodar cuesta abajo... Hasta aquí dejamos nuestra relación. No quiero que el hombre de mi vida llegue a decirme: “¿cuántas veces has sido probada y rechazada?”.
Para estar centrados hay que tener un sentido de la vida, del amor, del dolor, del trabajo y de la muerte, según Viktor Frankl en su libro Psicoanálisis y existencialismo.
Hay personas que están en condición lúcida; sin embargo, otras, están en
una situación descompuesta: no saben quiénes son, de dónde vienen ni a dónde van.
Las cosas y, entre ellas la sexualidad, tienen la capacidad de ser interpretadas desde diversos puntos de vista. Lo importante es encontrar su significado original. La sexualidad es un océano, es un tema largo y complejo que afecta a nuestro modo de ser más profundo.
¿Para qué debo entender el significado de la sexualidad: