El Señor nos ha amado como nunca nadie amó.
El nos guía cada día con su fuerza y con su luz.
El nos llena con su amor cuando partimos el pan.
Es el pan de la amistad, el pan de Dios.
Es mi cuerpo que doy a comer,
es mi sangre que doy a beber.
Porque soy la vida y soy el amor.
Oh Señor, condúcenos en tu amor.
El Señor nos ha amado como nunca nadie amó.
Fue un pobre carpintero para los de Nazarethh.
Con sus manos trabajó dando ejemplo de bondad, el trabajo y sufrimiento conoció.
El Señor nos ha amado como nunca nadie amó. Su amor era tan grande que en la cruz llegó a morir.
Su amor era tan fuerte que de la muerte venció, de los muertos vencedor resucitó.
El Señor nos ha amado como nunca nadie amó. El reúne a sus amigos en la mesa del amor. En el mundo todos son Cuerpo y Sangre del Señor, nada puede separarnos de su amor.