Reflexiones de un misionero ante una mujer moribunda
El Padre Christopher, de S. Pedro de Macorís, Argentina, volvía desanimado a su casa..., iba “con más penas en el alma y más problemas de los que este pobre misionero podía soportar” en medio de un lodazal de caña y fango. “Me pesaba la parroquia, me aplastaba la misión. Me parecía que corría y corría de un lado a otro y no había hecho nada en todos estos años, me sentía bastante fracaso...” Recordó que por allí había una enferma que visitar en una casucha, y entró a verla mientras pensaba: ‘estoy muerto, agotado, si no tengo nada que dar’ .