Mucho cuidado con los adjetivos calificativos que se añaden a los nombres propios de los profesionales de los medios. Un periodista a secas, sin más adjetivos, etiquetas, ni connotaciones de tipo religioso, pero que da pruebas diarias de honradez, sinceridad, veracidad, valentía, vasta cultura, independencia, criterio propio, que llama a las cosas y personas por su nombre, que lucha contra corriente, defendiendo valores esenciales como la libertad, el bien común y la unión de los hombres y tierras de España...es ALGUIEN NECESARIO E IMPRESCINDIBLE.