Pasar al contenido principal

N

Niños soldados

Toda guerra implica un drama. Unos hombres luchan contra otros hombres, con o sin motivos válidos, para imponerse por la fuerza. En muchas guerras aparecen, entre los soldados más o menos jóvenes, algunos niños que cargan un fusil, tal vez una ametralladora, o simplemente cartucheras de repuesto.

No tenemos nada que decirnos

Hace 4 años dos jóvenes se casaron. El amor hizo que rompiesen las amarras de lo conocido y se lanzasen a la aventura emocionante del vivir juntos, con el compromiso del “para siempre” que sólo son capaces de dar los que se aman. Dos años después nacía una encantadora niña. Cuando la niña cumplía sus dos años, los esposos estaban separándose. ¿Por qué? Cuando le preguntaron eso al esposo y papá, respondió, no sin un deje de tristeza y de fracaso, con estas palabras: “No soy capaz de comunicar con mi esposa, no tenemos nada que decirnos”.  

Neurosis y el pecado

Neurosis y el pecado

Cristo nos dice: No esperes a que tus pecados ocultos aparezcan como psicosis, neurosis y compulsiones. Desembarázate de ellos en sus mismas raíces. ¡Arrepiéntete! ¡Purifícate! El mal que puede ponerse en estadísticas o ser encerrados en cárceles ya es difícil de remediar..., aunque en realidad nunca es tarde para recomenzar.

No adorar a la “Santa Muerte”

 

Hay una religión recientemente registrada en la Secretaría de Gobernación como “Iglesia Católica Tradicionalista Mexicana-estadounidense”, con sede en el viejo barrio de San Antonio en el D.F. En realidad más que una religión es una secta que tiende al satanismo.

El culto a la “santa muerte” coincide con el aumento de poseídos por el demonio, porque precisamente Satán ha poseído a algunos de los que pertenecen a esta secta. 

Nuestra fuerza esta en Dios

Me
dices en tu carta que de dónde sacas las fuerzas para ser generosa, si
apenas puedes resistir la lucha. La Biblia es una maestra elocuente
para estas situaciones. Cuando los apóstoles están a punto de
naufragar, un gesto de Cristo les salva; cuando san Pablo se queja a
Dios de sus pasiones, Dios le responde: "Te basta mi gracia". La
impotencia humana encuentra su fuerza en Dios, porque todo se puede en
Aquél que nos conforta. Basta pedir esta gracia, basta esperarla, sin
apresurar el momento y la hora de Dios.