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Flirteo sí, noviazgo no

Al parecer los muchachos ya no se declaran a las chicas, según dicen, ni éstas esperan pacientemente a que las conquisten. El proceso para empatarse es tan expeditivo como sacar a una chica a bailar y que ella acepte. Las chicas pasan a la ofensiva renunciando a lo que más les gusta y las eleva, ser conquistadas. Es cierto que las mujeres son las que eligen, pero ceden al hombre la satisfacción de haber logrado el “sí, quiero”. ¡Qué ingenuos!

Fent Cami

Fent camí per la vida
em tocarà menjar la pols,
ficar-me al mig del fang
com ho han fet molts,
compartir el poc aliment
que porto al meu sarró,
tant si m'omple la joia
com si em buida la tristor.
 
Vindran dies d'angoixa,
vindran dies d'il.lusió,
com la terra és incerta

Felices somos

FELICES SOMOS
 
Felices somos en la pobreza
si en nuestras manos hay amor de Dios.
Si nos abrimos a la esperanza
si trabajamos en hacer el bien.
 
Felices somos en la unidad
si como niños sabemos vivir
Sera nuestra heredad, la tierra,la tierra

La felicidad de situación

Creo que hay mucha gente, pero mucha, que tiene la siguiente filosofía de la existencia: “Sólo es agradable la diversión. Sólo es realmente agradable divertirse”. De manera que, en la vida, la única forma posible de alegría radica en la diversión y, por lo tanto, cuanto más se divierta alguien más feliz será. La fuente de la felicidad está, pues, en la diversión.

Pero, ¿qué es lo que este tipo de gente entiende por diversión? Ver la televisión, viajar, ir al cine

La falsa compasión

«La piedad peligrosa» es una interesante novela de Stefan Zweig. Un joven teniente austríaco es invitado a una fiesta. Durante la celebración invita a bailar a la hija del dueño de la mansión, sin saber que la joven está impedida. Al día siguiente le envía unas flores para pedir disculpas por el incidente y, a raíz de ese detalle, la chica piensa que el teniente se ha enamorado de ella.

La felicidad no consiste en el frenesí, sino en la armonía

La verdadera felicidad no consiste en la tensión absoluta, ni en la estabilidad absoluta, sino el armonía entre ambas cosas’.

Hemos sido habituados a la idea de que sólo en las sensaciones -en Brasil diríamos en la “torcida”- se encuentra la felicidad. La palabra “torcida” es tomada aquí como sinónimo de agitación, de frenesí. ‘Cuando no se tiene esto en la vida, la persona se juzga infeliz. De hecho, es un infeliz, pero por otra razón: por haber perdido la noción de la verdadera felicidad’.