1) Para saber
Para el mes de febrero el Papa Benedicto XVI ha pedido a todos los fieles rezar para que se respete a la familia en su identidad y se reconozca su contribución insustituible en la sociedad.
El Papa ha hecho referencia a un matrimonio de los primeros cristianos: Priscila y Áquila. Ellos fueron colaboradores de San Pablo e incluso en una ocasión le salvaron la vida.
En casa de ese matrimonio, en Éfeso, se reunían los cristianos para escuchar la Palabra de Dios y celebrar la Eucaristía. Nos recordaba el Papa que en los dos primeros siglos la Iglesia era perseguida y no le estaba permitido construir templos, por ello «las casas de los cristianos se convierten en auténtica “iglesia”».
Tomado ejemplo de ese matrimonio, que contribuyó al crecimiento de la Iglesia, el Papa afirmó, que de igual manera, «toda casa puede transformarse en una pequeña iglesia».
2) Para pensar
Recibí un testimonio que transcribo pues me parece que contiene una gran lección:
Cuando yo era niño, a mi mamá le gustaba tomar la comida del desayuno para la cena de vez en cuando. Recuerdo una noche en particular, cuando ella había hecho el desayuno, después de un largo y duro día en el trabajo. Esa noche, hace mucho tiempo, mi mamá puso un plato de huevos, salchichas y unos bísquets muy quemados frente a mi padre. Recuerdo estar esperando ver si lo notaba. Sin embargo, aunque mi padre lo notó, tomó un bísquet, sonrió a mi madre y me preguntó cómo me había ido en la escuela. No recuerdo lo que le contesté, pero sí recuerdo verlo untándole mantequilla y mermelada al bísquet y comérselo todo.
Cuando me levanté de la mesa, recuerdo haber oído a mi madre pedir disculpas a mi padre por los bísquets quemados. Nunca voy a olvidar lo que dijo: "Cariño, me encantan los bísquet quemados".
Más tarde esa noche, cuando fui a dar el beso de las buenas noches a mi padre le pregunté si a él le gustaban los bísquets quemados, me abrazó y dijo: "Tu mamá tuvo un día muy duro en el trabajo, está muy cansada y, además, un bísquet un poco quemado no le hace daño a nadie".
Este sencillo testimonio de comprensión cristiana nos enseña que vale la pena aprender a aceptar los defectos de cada uno de nosotros para crear una relación sana y duradera... donde un bísquet quemado no va a romper un corazón. Podríamos extender esto a cualquier tipo de relación. De hecho, la comprensión es la base de cualquier relación, ya sea entre esposos, entre el padre y el hijo, o entre amigos. "Así que, ¿por favor me pasas un bísquet?, sí, el quemado está bien!!!"
3) Para vivir
El Papa mencionaba que el Evangelio se propagó en el inicio gracias a los Apóstoles que lo anunciaban, pero para arraigarse en la tierra del pueblo, para desarrollarse vivamente, fue necesario el compromiso de estas familias, de estos esposos, de estas comunidades cristianas, de fieles laicos desconocidos que ofrecieron su esfuerzo por vivir su fe, girando en torno al único señorío de Jesucristo. De hecho, concluía el Papa, «la Iglesia, en realidad, es la familia de Dios».