He visto, como miles de españoles, el film “Natividad”. No soy crítico ni profesional en la materia y quizás mi opinión, de sencillo espectador católico, no deberá tenerse muy en cuenta, tras la visión del film en y por el Vaticano.
Ante la próxima llegada y encuentro del Papa Benedicto XVI con las familias en Valencia, y tras los 14 largos meses de su pontificado, todavía hay medios y personas, católicas y no, para quienes este Papa sigue siendo una incógnita a resolver.
Andan desconcertados, inquiriendo a través de sus discursos, escritos y comparecencias públicas, la etiqueta que mejor le cuadra para clasificarlo, como hacen los entomólogos con sus colecciones de insectos.
Hay analistas, comentaristas y simples fieles que al manifestar sus expectativas sobre el sucesor de Juan Pablo II, se enredan de tal manera que llegan a confundir la realidad con sus personales deseos.
1- Olvidan que el Papa no es sólo papa de Europa, sino del mundo entero. El futuro no está en el viejo continente, sino en Asia. El catolicismo europeo ha dejado de ser el referente obligado para la aldea global y quizás sean los católicos hispanoamericanos los que tomarán el testigo.
El Papa de los mayores
Juan Pablo II ha sido un papa inclasificable y polifacético. Su rica personalidad es inabarcable y nadie podrá patrimonializarla. Cierto que fue considerado el papa de los jóvenes, pero no menos cierto es, que ha sido el papa de los mayores.
Para la tercera edad es un referente obligado. Su ejemplo vital, máxime en el declive de sus últimos años, quedará imborrable para los que más necesitan de estímulo, comprensión y ayuda, es decir, los hombres y mujeres de la tercera edad.
El papa actual Benedicto XVI presidió durante muchos años, siendo cardenal, la Congregación de la Doctrina de la Fe. La doctrina católica que entonces propugnó, por una simple razón de coherencia, la mantiene ahora como Papa.
Nada pues ha cambiado en el Vaticano sobre la recomendación a los políticos católicos para que “no voten leyes que admitan como matrimonios las uniones homosexuales”.
Mucho se ha especulado y publicado en diversos medios, tras la visita del Papa a las familias en Valencia, sobre el contenido y la intención de Benedicto XVI en su documento dirigido a los obispos españoles.
Lejos de consignas agresivas, el Papa ha sido de lo más explícito y llano al dirigirse a los prelados y dejarles como recuerdo de su visita, el programa de su inmediata acción pastoral.
Monseñor Gea puede despedirse tranquilo de su sede episcopal, con la conciencia tranquila de haber cumplido con su deber de obispo (vigilante).Le podrán achacar vehemencia y modos poco políticos en su actuación. Lo importante es que nadie podrá decir de él que ha sido "un perro mudo".
No hay que preocuparse tanto por lo que los demás puedan decir de uno, cuando la conciencia está tranquila y se obra para agradar a Dios y cumplir con su deber de pastor. Los humanos no somos billetes de 100 euros que agradan a todos.
En la Iglesia de Cristo, Dios y hombre verdadero, se debe apreciar lo que se ve –institución humana con limitaciones- y lo que no se ve, su misión divina y espiritual. Ambos aspectos, el humano y el divino, constituyen el misterio indisoluble e insondable la Iglesia.
Conscientes de la importancia y trascendencia que tiene la Manifestación de hoy por la Familia, para el bien de TODAS LAS FAMILIAS ESPAÑOLAS y de nuestra patria, le damos como cristianos y españoles nuestro total apoyo.
Lo haremos de la manera mejor y más eficaz que sabemos y creemos los cristianos:.
¡¡ CON NUESTRA ORACIÓN ANTE LA IMAGEN DE NTRA SEÑORA DE FÁTIMA Y ANTE EL SANTÍSIMO EXPUESTO.¡¡.
Nunca olvidaremos la penosa impresión en ella recibida. En esta moderna ciudad, con esbeltas y suntuosas mezquitas, sólo quedaba, como vestigio del pasado, una humilde iglesia católica, sin sacerdote.
Hace dos años con un grupo de sacerdotes tuve ocasión de peregrinar por la denominada “Ruta de S. Pablo”. Entre otros sitios visitamos la ciudad de Iconio en Turquía, una de las primeras comunidades cristianas, fundadas por el Apóstol.