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El Papa que espera el mundo

Hay analistas, comentaristas y simples fieles que al manifestar sus expectativas sobre el sucesor de Juan Pablo II, se enredan de tal manera que llegan a confundir la realidad con sus personales deseos.

1- Olvidan que el Papa no es sólo papa de Europa, sino del mundo entero. El futuro no está en el viejo continente, sino en Asia. El catolicismo europeo ha dejado de ser el referente obligado para la aldea global y quizás sean los católicos hispanoamericanos los que tomarán el testigo.

2- Olvidan que la misión del Papa está supeditada, guste o no , por las exigencias del Evangelio, la Tradición de 20 siglos de andadura de la Iglesia y el Magisterio oficial, marcado por los papas anteriores y Concilios ecuménicos.

3- Cualquier Papa, prioritariamente, ha de ser fiel a la misión recibida de Cristo: Conservar íntegro el depósito de la fe y confirmar en la misma a sus hermanos.

4-El sucesor de Juan Pablo II, ha de ser un Papa conservador en lo esencial (dogma y moral) e innovador en aspectos pastorales, sociales, mediáticos y modo de ejercer el gobierno de la Iglesia.

5-Por encima de todo, el mundo espera del Papa sea un hombre de Dios, santo, centro de la Unidad en la Verdad, que refleje el rostro de Cristo, buen Pastor, con predilección por los pobres y pecadores. En resumen, sea el párroco del mundo como su antecesor.