Oración al Espíritu Santo en Pentecostés
Señor, te pido que tu Espíritu me envíe el don de sabiduría para que
tus palabras se plasmen en cada acontecimiento de mi vida. Solo tu
verdad es capaz de realizar lo que nosotros no podemos, justamente
porque nos falta este don y sobremanera hay que pedírtelo con
insistencia.
Señor, algo que leí decía que el principio de la sabiduría es tener
necesidad de Ti. Si nos creemos sabios, no te necesitamos y te dejamos
a un costado.
Nuestro orgullo, que es muy engañoso y dominante nos hace creer que
nuestros logros surgen de nuestra inteligencia, de nuestra capacidad,
cuando la verdadera humildad es más que nada reconocer que todo lo
bueno viene de Tí.
El misterio de tu espíritu a veces, cuando estamos disponibles y
abiertos a tu soplo, se instala y gobierna nuestras palabras y las
decisiones que debemos tomar en cualquier circunstancia. Yo me
pregunto y trato de pensar como salen nuestras palabras... tengo que
hablarle a alguien, a una persona que está necesitando de una palabra
adecuada... Que increíble proceso debe sucederse para que salgan tal o
cuales palabras y no otras. Si está la sabiduría, Ella se encarga en
el misterio más total de unirlas y seleccionarlas para que se
verbalicen de la forma más clara y convincente y así ayudar a quien
las está esperando.
Regálanos entonces, la necesidad de la súplica, del pedido, de la
oración con fuerza para que Ella venga en nuestro auxilio. Reconozco
que no lo hago todos los días y no me abandono al despertar a la
súplica fervorosa para que yo sea digno de recibir la fuente sabia y
transparente que el Espíritu regala en la gratuidad de su don.
Si todavía no siento necesidad es porque sigo siendo orgulloso y
verdaderamente ignorante. Pero sé que tampoco pido porque no tengo
resuelto el gran problema: LA CONFIANZA Y EL ABANDONO.
Siento que no está desarrollada en mi ser la confianza y la fe en Tí
que todo lo puedes. A veces, como no puedo ver ni tocar, me digo que
todo esto es una locura, que no existe nada y parece que estoy
viviendo un gran vacío. ¿señor, como entonces adquirir la confianza,
base de la sabiduría?
Mi corazón pareciera que no registra esa sensación de seguridad y
confianza en tu poder. Dudo, vacilo, pregunto, miro indirectamente y
estoy anclado en la depresión y en la desesperanza.
Señor ¿cuando tendré esa certeza maravillosa en mi corazón de lo que
significa abandonarme en tus brazos ? Sé que no lo lograré por mi
mismo, sino solamente a través de la súplica y de la gracia. Que tu
espíritu, en su sabia ternura, penetre la roca de mi corazón y de a
poquito me haga sentir que estoy viviendo la tranquilidad de estar
permanentemente en tus manos y en tu cuidado.
Señor, mano de misericordia y de bondad, escúchame: Hoy dirijo esta
súplica ferviente para pedirte que me regales la confianza, que no
decaiga nunca para que cada día cuando lo empiezo recurra a Ti y la
sabiduría sea mi compañera en cada acto y palabra que pueda decir.
Regálame la confianza, ya que confiar solamente en Tí es la verdadera
sabiduría, que nos hará audaces y nada temerosos para enfrentar los
acontecimientos de cada día, que son muchos y difíciles.
Sensibilízame en el deseo de aprender a ser sabio para tener algo que
podré volcar a los demás y enderezar correctamente mi propia vida.
Adviérteme a través de pequeños signos la senda de tu Voluntad, para
que desarrolle un espíritu sobrenatural y continúe pidiendo,
suplicando y gritando: Señor, envía cada mañana al levantarnos el don
de la sabiduría. Renueva nuestro corazón con la gracia de la
confianza.
Fuente: Grupo de Oración Santo Cura de Ars