Nuestros sacerdotes
Este artículo responde a una carta que envía el Sr. José de Jesús Rangel, donde expresa sus inquietudes sobre lo que percibe como la poca respuesta de los sacerdotes frente a los ataques que se hacen a la Iglesia.
Estimado Amigo,
Este artículo responde a una carta que envía el Sr. José de Jesús Rangel, donde expresa sus inquietudes sobre lo que percibe como la poca respuesta de los sacerdotes frente a los ataques que se hacen a la Iglesia.
Estimado Amigo,
“Esta decisión podrá hacer legal lo criminal, pero nunca podrá hacer moral lo que, de suyo, es abominable”.
Card. Norberto Rivera
DE SU SANTIDAD
PABLO VI
SOBRE EL CELIBATO SACERDOTAL
A los obispos,
a los hermanos en el sacerdocio,
a los fieles de todo el mundo católico
INTRODUCCIÓN
1. EL CELIBATO SACERDOTAL HOY
Situación actual
Señor, que pides a tus seguidores vivir en amor y unidad para que el mundo crea en Ti, danos la gracia de la conversión verdadera y la fuerza de ser testigos tuyos entre las gentes.
¡ Oh, María, que eres Nuestra Buena Madre, escucha la súplica que te dirigimos con las mismas palabras de tu siervo San Marcelino Champagnat : "Esta es obra tuya. Tú nos has congregado, a pesar de las contradicciones del mundo, para procurar la Gloria de tu Divino Hijo.
Lo más característico de una vocación consiste en entregar lo que se tiene, lo que se domina, para que Dios haga lo que quiera. Y Él da lo que esa persona no controla. Se requiere fe y humildad. El que le entrega todo a Dios es el que tiene más seguridad, que es una vida basada en la obediencia de la fe que hace avanzar en esa oscuridad luminosísima. Abraham tenía su seguridad personal y era de edad avanzada pero Dios le pide salir de su tierra, de su seguridad; quiere cosas más grandes de él.
A. La Iglesia y la santidad.
B. Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión. (NMI, 43) (1ª parte)
C. Hacer de la Iglesia la casa y la escuela de la comunión. (NMI, 43) (2ª parte)
D. Contribución de la vida consagrada a la santidad de la Iglesia.
A. La Iglesia y la santidad.
1. La llamada universal y específica a la santidad: importancia de centrar todo en Cristo.
El próximo 14 de febrero de 2005, la sección de mujeres del Opus Dei cumple 75 años de existencia. A continuación se presenta el relato de una señora que desea compartir la historia de su vocación.
Llega el momento de la prueba, de la noche oscura. Dios podría ahorrarnos todas esas pruebas, pero son necesarias para convencernos de nuestra radical impotencia para hacer el bien por nosotros mismos. Santa Teresa de Lisieux decía que la cosa más grande que el Señor había hecho en su alma era “haberle mostrado su pequeñez y su ineptitud”. Vicente de Paúl decía: “El bien que Dios hace lo hace por él mismo, casi sin que nos demos cuenta”.
Tú ya sabías que los obreros escasearían y por ello nos pediste que rogáramos al Padre para que enviara obreros, que nos diera vocaciones sacerdotales para la Iglesia. ¡Qué gran misterio, misterio insondable el de una vocación sacerdotal! Un joven o una joven, un adolescente o un hombre maduro que siente irrumpir en su vida la presencia trascendente de Dios que se fija en él y que lo llama. Porque Tú llamas, Señor, no dejas de llamar. El problema es nuestro, puesto que no siempre estamos dispuestos a oír tu voz.
ORDENACIÓN PRESBITERAL y DIACONAL
Homilía de monseñor Alfonso Delgado, arzobispo de San Juan de Cuyo (Iglesia catedral, viernes 11 de julio de 2008)
Hech 6, 1-7b - 2 Cor 4, 1-2.5-7 - Mt 9, 35-38
Queridos hermanos y hermanas en Jesucristo, queridos sacerdotes y diáconos, queridas religiosas, queridos seminaristas y formadores y profesores del Seminario de San Juan: