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La Virgen María

María de la alianza

Que silencio más delicado
amor del amor más escondido
eres mujer puerta del cielo
tres colores adornan tu manto.
Bajan las cascadas de los árboles
que caen hasta el suelo
y llegan al santuario.

Quieres dar la mano
y yo pedir la tuya
no puedo estar sin Ti
sin tu mirada pura
tu voz me llena el alma
María de la alianza
palabra hecha flor.

María de Nazareth

Por el sendero al río va una mujer,
en el camino el cansancio cubre su rostro.
Cargando ropa de lino,
sus ojos miran al cielo, 
el viento responde a su voz: 
Bendita sierva de Dios,
bendita sierva de Dios.
 
La mujer del carpintero es mujer como todas, 
se levanta muy temprano
y es madre de sol a sol.
¿Qué tiene María de Nazareth, 
que su corazón se alegra, 
canta, ríe, buscando libertad?
  
Su rostro es un sol radiante,

Junto a ti, María

Junto a ti María,
como un niño quiero estar.
Tómame en tus brazos
guíame en mi caminar.
Quiero que me eduques,
que me enseñes a rezar,
hazme transparente,
lléname de paz.

Madre, Madre
Madre, Madre (bis)

Gracias Madre mía
por  llevarnos a Jesús.
Haznos más humildes,
tan sencillos como tú.
Gracias Madre mía
por abrir tu corazón,
porque nos lo entregas
y nos das tu amor.

 

Canción a María

De este nuevo amanecer,
tú fuiste el crepúsculo, mujer,
tu sí fue la respuesta 
con que el hombre Dios pudo nacer.

En su candoroso andar
las heridas Cristo no sufrió,
tus brazos fueron cuna de sonrisas y algodón.
 
Madre del mundo, virgen paciente,
tímido umbral que le abres paso al cielo,
dicen que hoy muere en la cruz tu hijo, Jesús.

La Madre que espera

 La Madre que espera

Son múltiples los recuerdos que, en la generalidad de los católicos adultos, evoca este mes de mayo: plenitud de vida, eclosión de primavera, primer enamoramiento, escarceos amorosos, recuerdo de la madre, gestas patrióticas, fiestas religiosas, celebraciones familiares, piedad mariana, mes de las flores, etcétera.

Tales remembranzas perduran al paso de los años en el niño que todos fuimos y que aún llevamos en el hondón del alma y dentro de nosotros. No se borran fácilmente.

Oración de Benedicto XVI durante la visita al Ground Zero de Nueva York

Oración durante la visita al Ground Zero de Nueva York (20 de abril de 2008)

ORACIÓN DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI


Ground Zero, Nueva York

Domingo 20 de abril de 2008


¡Oh Dios de amor, compasión y salvación!

¡Míranos, gente de diferentes creencias y tradiciones,

reunidos hoy en este lugar,

escenario de violencia y dolor increíbles.


Te pedimos que por tu bondad

concedas la luz y la paz eternas

a todos los que murieron aquí—