Pasar al contenido principal

La Virgen María

La Nochebuena se viene…

¡Ya está aquí! Desde primero de noviembre (a veces desde antes) el comercio nos ha inundado de adornos, regalos, luces que nos señalan: ¡Ya viene la Navidad! Y desde el veinte de noviembre, ¡los arbolitos! Los anuncios comerciales tampoco se han hecho esperar: “compre, regale, demuestre cariño…”

Con María hacia Dios

En el cruce de un camino, en lo alto de una iglesia, en la puerta de la casa, dentro de un coche, en un cuarto, en la pantalla de una computadora, se encuentra la imagen de la Virgen. 

María está al lado de todos los creyentes, no nos deja solos, somos sus hijos, aunque a veces no nos portemos del todo bien... 

Sabado Santo

Sábado Santo

Lc 2, 1-8.11-13.15-19.

Contemplemos el corazón de la Santísima Virgen —dolorido en la pasión—, en las lamentaciones del profeta Jeremías. El profeta está refiriéndose a la destrucción de Jerusalén, pero en esta poesía, que es la lamentación, hay muchos textos que recogen el dolor de una madre, el dolor de María. Como dice el profeta: “Un Dios que rompe las vallas y entra en la ciudad”.

El cura de Ars, Juan María Vianney

 La revolución francesa surge en 1789. En 1791 entra en vigor la Constitución civil en la comarca de Lyon, pero en 1793 esta ciudad se alza contra la Convención, levantamiento que lleva a las tropas de la república Francesa a asediar la ciudad de Lyon durante dos meses. La guillotina funciona sin parar y llegan a morir alrededor de veinte mil lyoneses.

La Santa Misa y la Virgen María

En este año dedicado a la Eucaristía podemos considerar un aspecto particular del Misa: su relación con la Virgen María. La presencia de la Virgen en nuestra vida puede alcanzar su momento culminante en el sacrificio del Altar. Cada día, al bajar Cristo a las manos del sacerdote, se renueva su presencia real entre nosotros con su Cuerpo, con su Sangre, con su Alma y con su Divinidad: El mismo Cuerpo y la misma Sangre que tomó de las entrañas de María. Santa María siempre acompaño a Jesús en un silencioso recato por la tierra de Palestina.

María abanderada de la humanidad

La vida en la tierra es una competición para todos los humanos. Una lucha entre el bien y el mal, presente en el exterior e interior de cada persona. Hay que esforzarse para merecer ser calificado y recibir el premio. S. Pablo lo ha expresado admirablemente en su carta a los Corintos. “ Sois espectáculo para el mundo y para los ángeles...Los atletas se privan de todo por conseguir una corona corruptible. Nosotros incorruptible...Luchad para merecerla y no ser descalificados”..

La Virgen María, la mujer genuina

La Virgen María, la mujer genuina

“La mujer”, en el lenguaje bíblico, se denomina “Neguevah”, que significa capacidad de apertura, la que da espacio para acoger, y María lo hace en los dos sentidos: está siempre a la escucha de lo que Dios quiere, y también ofrece su ser para acoger la vida. Son dos formas de expresión de lo fundamental de la persona: acoger la voluntad de Dios espiritual y corporalmente.