Hablar con la Madre, hablar con María
Es hermoso poder tener un momento, en la tarde, con la madre. Poder recordar los días de la infancia, los juegos y las enfermedades, los viajes y los días de lavar la ropa, los desórdenes de la cocina y las peleas de las hormigas en la panera. Poder recordar esos ratos junto al lecho, cuando la sangre salía por la boca, cuando la fiebre subía por la tarde, cuando no había manera de probar un bocado de comida hecha a base de cariño y de paciencia.