Pasar al contenido principal

prudencia

El buen uso de mi tiempo

No es fácil determinar si vivimos con más tiempo o con menos tiempo que en épocas pasadas.

Es cierto que la velocidad de la rotación de nuestro planeta se ha conservado casi inalterada (o con variaciones insignificantes) durante milenios. El hombre de hace 25 siglos podía contar, igual que nosotros, con 24 horas cada día.

Pero aquel hombre, ¿tenía más tiempo o menos tiempo que nosotros? La abundancia o la carencia de tiempo depende de diversos factores, que han cambiado mucho durante siglos.

Di lo que piensas, y piensa en lo que vas a responder

Puede que seas joven pero no eres simple. Tienes por delante una vida. ¡Cuídate!  

Cuando alguien te presione para tener relaciones sexuales, piensa en lo que vas a responder. Dilo a tu modo, pero dilo:  

((Se sugiere ponerlo en dos columnas y, en lugar de una barra (/), poner una flecha oscura, si es posible))  

“Sólo te lo pido una vez, y no insistiré más” / “Eso es justo lo que me preocupa. Prefiero conservarme para alguien que me va a querer toda la vida”.

“Expertos” en oración

El hombre está hecho para hacer oración. Dios espera esa confidencia nuestra. Si no vamos al paso de Dios es por falta de oración. La realidad es como la vemos en la oración. Vamos a apostarle a ser “expertos” en oración, y para ello hay que pedir ayuda al Señor y poner esfuerzo de nuestra parte. La dignidad de nuestra llamada al amor se nos descubre en la oración.  

La oración es un sí a Dios. Es lo más grato que le podemos dar: orar. San Juan de la Cruz decía que es más precioso delante de Dios un poco de amor puro que todas las obras juntas.

El alcoholismo y la esperanza

No hay en la historia el ejemplo de alguien que haya superado sus problemas personales con el alcohol. El antidepresivo más antiguo es el alcohol.
Desde tiempos inmemorables el hombre utiliza esa bebida para sobrellevar la angustia, la frustración, los traumas o la soledad. El alcohol sólo ayuda a disfrazar los problemas, y posteriormente se convierte en el principal conflicto de quien trató de solucionar sus males con la bebida. El alcohólico termina solo, sin trabajo y sin patrimonio. Y a pesar de esos, no sólo los hombres, también las mujeres se animan a emborracharse.

Un virus recuerda la soberbia o la grandeza del ser humano

En estos días, de repente y casi de la nada, aparece un enemigo del ser humano. Su tamaño es minúsculo, imperceptible a la simple mirada del hombre. Sin embargo, su poder puede ser letal. Ante su aparición no faltan falsos profetas que lo identifican como un castigo de Dios. Sin embargo, el verdadero creyente, con el don de la sabiduría puede aprender mucho de esta amenaza de tamaño minúsculo.

Amores equivocados

¡Cuántos corazones heridos de amor errado! ¡Cuántos ayes en el escandaloso silencio de almas desgarradas forman la sinfonía de los tropiezos sentimentales! ¿Casualidad?, ¿destino?, ¿voluntad divina, o capricho humano?, ¿vanidad, inexperiencia, maldad… o simple fragilidad? ¿Por qué a veces sólo aparece ante nuestros ojos la disyuntiva entre sufrir, o sufrir más?

Adolescentes

Recuerdo que, allá por mis catorce años, además de sentirme incomprendido, tenía unas ansias enormes de gritarle al mundo que yo era yo, y por lo tanto, diferente a los demás; que tenía mis propios gustos, y podía andar por la calle sin que me pasara nada. A esa edad refería andar solo o salir con mis amigos, y aprender de ellos lo bueno, y también lo malo.