Éste no es tu lugar...- No sólo vale la pena: vale la vida
Nunca se me olvidarán las palabras que mi madre me dirigió cuando no quería regresar al seminario, a las puertas ya del inicio del noviciado. Verano de 1993, a tres días de marchar a Salamanca (España) para iniciar el noviciado con los Legionarios de Cristo. La situación en mi casa no era muy buena: problemas entre mis padres, problemas familiares y también problemas económicos, entre otros. Lloraba y lloraba porque no entendía qué pasaba. Hacía cuatro años desde que ingresé al seminario menor de Ontaneda, pasando por Moncada, ambos de la Legión de Cristo en España.