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Adviento

Preparar la Navidad

No voy a caer en el lugar común de denunciar la pérdida de contenido cristiano de las fiestas navideñas, ahogadas en la vorágine de un consumismo vacío. Tampoco pretendo señalar que al final de un año de crisis ésta se nota también en las compras navideñas. No es bueno caer en la lógica del lamento y la queja; no es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor, no debemos ser reaccionarios, reactivos: es mejor mostrar la belleza de las propias convicciones, eliminando polémicas estériles o lamentos inútiles.

Vino… y vendrá…

Ha iniciado el Adviento, el tiempo de la espera en el Señor que viene todos los días de nuestras vidas, desde que vino del Cielo a la Tierra en la noche de Navidad, y de la espera en el Señor que vendrá de nuevo para reinar en la Tierra en su reinado de paz. En efecto, el Adviento celebra tres momentos: en el pasado, en el presente y en el futuro, fundamentados en la búsqueda que ha emprendido Dios por su creatura.

Alegrarnos con la venida de Jesús, Nuestro Salvador

ALEGRARNOS CON LA VENIDA DE JESÚS, NUESTRO SALVADOR

Mensjae de monseñor Martín de Elizalde OSB, obispo de Nueve de Julio, en preparación de las celebraciones de Adviento y Navidad

(20 de noviembre de 2009)

“Salta, llena de gozo, hija de Sión,

lanza gritos de alegría, hija de Jerusalén.

Pues tu rey viene hacia ti,

Él es santo y victorioso

Zac. 9, 9

 

Queridos hermanos y hermanas:

Oración a la Virgen del Adviento

Oración a la Virgen del Adviento

 

María, Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.
Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo,
danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre,
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la reina.
Alza nuestros ojos
hacia tu belleza,
guía nuestros pasos
a la vida eterna.
Amén.

 

Adviento, tiempo de esperanza

Adviento, tiempo de esperanza

 

Adviento,
tiempo de esperanza,
en el seno de María
crece el fermento
de un mundo nuevo,
el hijo del Dios vivo
que llega a compartir
con nosotros.

Nace Emanuel,
Dios-con-nosotros,
hecho niño,
pobre,
pequeño y necesitado.

María nos enseña el camino
para hacer nacer a Jesús
en nuestro tiempo:
confianza,
entrega,
fidelidad,
coraje,
y mucha fe en el Dios de la Vida.

No tengo Tiempo

NO TENGO TIEMPO

 

Hasta luego, Señor, excúsame,

no tengo tiempo.

Volveré a pasar, no puedo esperar,

no tengo tiempo.

Termino esta carta porque

no tengo tiempo...

Me hubiera gustado ayudarlos pero

no tengo tiempo.

Imposible aceptar,

me falta tiempo.

No puedo reflexionar, no puedo leer,

me veo desbordado,

no tengo tiempo.

Me gustaría rezar,

pero no tengo tiempo.

(...)

Esta noche, Señor,

no te pido el tiempo de hacer esto,

y aquello y lo de más allá,