Preparar la Navidad
No voy a caer en el lugar común de denunciar la pérdida de contenido cristiano de las fiestas navideñas, ahogadas en la vorágine de un consumismo vacío. Tampoco pretendo señalar que al final de un año de crisis ésta se nota también en las compras navideñas. No es bueno caer en la lógica del lamento y la queja; no es verdad que cualquier tiempo pasado fue mejor, no debemos ser reaccionarios, reactivos: es mejor mostrar la belleza de las propias convicciones, eliminando polémicas estériles o lamentos inútiles.