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Adviento

Una corona para este adviento

Los seres humanos nos movemos por tradiciones que ayudan a dar fuerza al tiempo en que vivimos. Aunque cada día siempre tiene las mismas veinticuatro horas, nosotros damos sentido y contenido al tiempo que vamos recorriendo. A esto ayudan los ciclos biológicos, y los ciclos cosmológicos que sintetizamos en los ciclos estacionales. Esta unión entre tradición y tiempo permite encontrar contenidos que ayudan a desgranar los momentos importantes de la vida. Esto sucede con el adviento.

Adeste, Fideles

Adeste, Fideles

1.- Adeste, fideles,

laeti, triunphantes.

Venite, venite

in Bethlehem.

Natum videte,

regem angelorum.

Venite, adoremus,

venite, adoremus,

venite, adoremus

Dominum.

2.- En grege relicto,

Muchas historias, una Navidad

¿Cuál es el origen de nuestras tradiciones navideñas? Para “recuperar el sentido cristiano de estas fechas” -como pide el Prelado en su carta de diciembre-, puede ser útil conocer el origen de costumbres como el árbol o el Nacimiento. Recordamos algunas.

LA CORONA DE ADVIENTO

La corona de adviento está compuesta por cuatro velas con ramas vegetales, que se van encendiendo, una a una, en las cuatro semanas que preceden a la Navidad. 

Despertad: Dios sigue llegando

          Los cristianos comienzan el año antes que los demás, como si quisieran adelantarse para anunciar algo grande; aunque en realidad es Dios, el creador del tiempo, quien señala sus etapas. Litúrgicamente, el año cristiano se inicia en el Adviento. Empezamos a prepararnos siempre de nuevo, como si fuera la primera vez y al mismo tiempo la última vez que viene el Hijo de Dios al mundo. Y no es “como si fuera”, sino que así “es”. Porque Dios sigue llegando como el amor-nuevo por vez primera.