Amar a los que nos odian
El pasado domingo se escucharon con claridad en toda la redondez de la tierra las palabras más tremendas que salieron de labios de Jesucristo; y Jesús dijo muchas cosas tremendas, duras de escuchar -y más difíciles aún de vivir, ¿impracticables?-, al punto de que algunos discípulos contemporáneos lo abandonaron y otras gentes se burlaron de él.