¿Hay esperanza frente al alcoholismo?
Al escritor Jorge Luis Borges, anciano y ciego, le preguntaba un joven:
“¿Cómo es posible que un hombre tan culto e inteligente como usted, se empeñe en oponerse al curso de la historia?”. La respuesta fue la siguiente:
“Oiga, joven ¿no sabe usted que los caballeros sólo defendemos causas perdidas?”. Las causas perdidas son las únicas que vale la pena defender. No
sólo porque las otras se defienden solas, sino porque la verdad siempre aparece como desvalida.