Regulación de la natalidad
Nota de la Congregación para la Doctrina de la Fe
Sobre la banalización de la sexualidad
A propósito de algunas lecturas de "Luz del mundo"
Con ocasión de la publicación del libro-entrevista de Benedicto XVI, Luz del mundo, se han difundido diversas interpretaciones incorrectas, que han creado confusión sobre la postura de la Iglesia Católica acerca de algunas cuestiones de moral sexual.
¿Qué pasaría si en vez de abocar a las parejas infértiles al engaño de la fecundación in vitro decidiéramos volvernos más ecológicos y atacáramos las causas que provocan la infertilidad?
¿Qué tal si en vez de resignarnos a aceptar un mal (mayor) buscáramos las causas que provocan la infertilidad y dedicáramos esfuerzos a combatirlas, en lugar de ofrecer una solución tan poco eficiente como la FIV? Que como técnica, deja bastante que desear con una tasa de efectividad de tan sólo un 9%...
La paternidad no es un derecho que se adquiera, sino un don que uno recibe sin haber hecho nada por merecerlo. Lo experimenta cualquier padre, desde que tiene noticia de la existencia de un nuevo hijo, siempre único, no importa cuántos hermanos le estén esperando en el mundo.
Robert G. Edwards, “inventor” de la fecundación “in vitro”, ha sido galardonado con el Premio Nobel en ciencias. Es un premio científico con grandes repercusiones éticas. ¿Es moralmente bueno manipular la paternidad y la maternidad? ¿Es ético todo lo que la ciencia es capaz de conseguir?
Entrevista con Lianna Rebolledo, mexicana radicada en Estados Unidos, mujer de 33 años quien fue violada a los 12 y presionada para que se practicara un aborto, pero ella defendió la vida de su hija. En la actualidad trabaja a favor de los migrantes hispanoamericanos.
Hubo un hecho que marcó tu vida a los 12 años, ¿Cómo lo has vivido y que enseñanzas te ha dejado?
Los últimos avances técnicos y científicos ayudan a que los "métodos naturales" sean más exitosos, y, recordémoslo, sirven también para aumentar las posibilidades del embarazo.
Es el típico asunto que saca de sus casillas a defensores obstinados y contumaces de píldoras, DIUs gomas y abortos, qué se le va a hacer. Y, sí, abortos que en muchos casos es un anticonceptivo más, el último, el de la "interrupción" que no puede ser reanudada cuando todo lo demás ha fallado.
En las decenas de debates en los que he participado sobre la actual crisis económica en los últimos dos años, raramente he oído afrontar el problema de sus orígenes y de su realidad histórica. Por ello intentaré razonar sobre estos temas de una forma que no es habitual.
Cuando no son las crisis económicas, son los problemas de inseguridad. Cuando no es el bajo nivel educativo, es la falta de democracia. Los motivos, o pretextos, pueden ser muchos, pero es un lugar común escuchar que “vivimos tiempos muy difíciles”. En particular, esta expresión la escucho de parejas jóvenes cuando hacen alusión a “la familia pequeña”, cuando justifican tener pocos hijos, “para darles más”.
No es fácil conseguir que los defensores del aborto reconozcan el error de su postura. Pero vale la pena tender la mano, una y mil veces, para ayudar, para razonar, para explicar, para defender la vida de cada hijo.
Hay en juego mucho, muchísimo. Está en juego el corazón de cada mujer que ha empezado a ser madre. Necesita apoyos concretos, manos amigas, consejos médicos. Necesita, sobre todo, abrir el corazón a Dios para reconocer en su hijo un don maravilloso, una aventura que inicia en el tiempo y que avanza hacia la eternidad.
Este duradero punto muerto retórico ha dejado a un buen número de estadounidenses -la gran mayoría de los cuales entiende que una vida humana individual es arrebatada en cada aborto- personalmente opuestos, aunque sin ganas de “imponer sus creencias” a nadie.La popularidad de la llamada postura “pro-elección” se debe en gran medida al éxito que los abogados del aborto han tenido en convencer a los estadounidenses de que el aborto es una precondición necesaria para el bienestar y la igualdad de la mujer.