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Educar para la vida

Acercar a la gente a Dios

El Concilio Vaticano II es el concilio de nuestro tiempo y uno de los más importantes de nuestra historia. Es convocado por el Papa Juan XXIII. Cuando a Juan XXIII le preguntaron: ¿Por qué hacer un concilio? Su respuesta fue profética:

—“Porque necesitamos abrir una ventana. Necesitamos aire fresco”.

 

No se trataba de sancionar doctrinas o condenar errores. Se trataba de una renovación de la vida de la Iglesia, de tener un diálogo con el mundo. No se trataba de hacer diagnósticos deprimentes sino de dar remedios alentadores y mensajes de esperanza.

¿Cómo dar clases de catecismo?

El personaje central de todo catecismo ha de ser Nuestro Señor Jesucristo, su vida, sus enseñanzas, su amor al Padre, el envío del Espíritu Santo y el don de dejarnos por madre a su Madre. Hay que mantener la memoria activa para que esté en buen estado. Para tener mayor capacidad de memoria hay que sacar a nuestro sistema nervioso de la rutina a través de su ejercitación.

Autoestima


¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el valor que me doy a mí mismo, la manera como me
veo y me siento, lo que yo pienso de mi persona. Poseer una buena
autoestima significa quererme. Implica conocimiento, valoración,
confianza y respeto a mí mismo.

Como temor y como esperanza

¿Qué
significa educar en medio de las agudas transformaciones que padece
nuestra sociedad en las postrimerías del siglo XX? La dolorosa
respuesta la encontramos en aquellas campañas de publicidad, faltas de
seriedad que, en ocasiones, nos llevan a creer que la educación es una
inversión, pues saber es una garantía para lucrar. Los títulos
académicos constituyen así un seguro para vivir sin molestias y
disfrutar sin sacrificios.