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Reanudación de las celebraciones dominicales

Comunicado de Prensa        

Reanudación de las celebraciones dominicales 

La Arquidiócesis Primada de México agradece sinceramente a todos los señores párrocos, y administradores parroquiales por haberse apegado a las instrucciones del Emmo. Sr. Cardenal, Norberto Rivera Carrera, durante la contingencia declarada por la epidemia de influenza que obligó a tomar la dolorosa decisión de suspender la Santa Misa, durante dos domingos consecutivos. 

Suyo es el tiempo

El Papa suele tomar ocasión de la celebración de la Audiencia General de los miércoles o del rezo del Ángelus los domingos para manifestar su cercanía a las poblaciones víctimas de tragedias o desastres. Los sufragios, ruegos y bendiciones del Papa son siempre reconfortantes para quienes cruzan por el camino del sufrimiento, porque saber que el Vicario de Cristo en la Tierra dirige su atención, como el Señor, a quien se encuentra herido, es un alivio del dolor humano.

Un virus recuerda la soberbia o la grandeza del ser humano

En estos días, de repente y casi de la nada, aparece un enemigo del ser humano. Su tamaño es minúsculo, imperceptible a la simple mirada del hombre. Sin embargo, su poder puede ser letal. Ante su aparición no faltan falsos profetas que lo identifican como un castigo de Dios. Sin embargo, el verdadero creyente, con el don de la sabiduría puede aprender mucho de esta amenaza de tamaño minúsculo.

Vivimos de milagro

Con la aparición del virus A/H1N1 la sociedad mexicana y todas las naciones se pusieron en movimiento. La señal de alerta frente al peligro de lo que se temió fuera una pandemia incontrolable, obligó a la adopción de medidas higiénicas y preventivas sin precedente, que lo mismo ocasionaron fuertes temores en algunos que cierta incredulidad e indiferencia en otros. En cualquier caso, lo importante era preservar la vida y evitar un contagio masivo que derivara en miles de muertos.

El amor en tiempos de influenza

Pascal escribió una Oración para pedir a Dios por el buen uso de las enfermedades entre 1647 y 1648, tiempo de sus primeros fervores religiosos, cuando había caído en cama víctima del exceso de trabajo. Su tesis era que el buen uso de una enfermedad consiste en deshacernos de un corazón henchido de mundo (que es el que tenemos cuando somos vigorosos y sanos) y encontrar que el único gozo, la única salud, proviene de abandonarse a la voluntad de Dios.

Feliz contagio

  “¡Ya sólo faltaba…!” ─dirá alguno: “¿No eran suficientes tres crisis –¡y de qué tamaño…!: la financie ra, la de inseguridad y la del narcotráfico─ como para tener que afrontar una crisis más: la sanitaria? Sí que “llueve sobre mojado”.

   El hecho es que esta crisis de salud nos está obligando a todos a una cierta “encerrona” en casa. Y ya se están sugiriendo mil maneras de consumir ─“matar”, decimos a veces─ el tiempo sin salir.

Por la salud y la vida

VER
El país está atravesando un delicado momento, por la influenza porcina que ha afectado a mucha gente, con lamentables casos de fallecimientos. Se paralizan las actividades escolares y se suspenden reuniones multitudinarias, para evitar contagios. Los servicios pastorales y religiosos sufren modificaciones. Es encomiable la actitud responsable de la mayoría de la población, atendiendo las indicaciones de la autoridad. Hay muchos signos de solidaridad y fraternidad, características de nuestro pueblo en situaciones de emergencia.

Oración a la Virgen de Guadalupe para encomendar a México por la epidemia de la Influenza

Santa María de Guadalupe: 

A ti que nos amas con especial ternura, 

velas por nosotros con maternal intercesión 

y nos procuras siempre tu eficaz ayuda 

suplicamos tu protección y auxilio 

para superar pronto esta epidemia 

que ha venido a afectar nuestra nación. 

Cúbrenos con tu manto, 

líbranos de este mal. 

Ruega por todas las autoridades 

y por quienes tienen poder de decisión 

para que sepan establecer medidas y prioridades