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Padre Miguel Rivilla San Martín

La lotería de Dios

Estamos la generalidad de los humanos tan inmersos en el acontecer diario, que abarca, sobre todo, lo inmediato, las prisas, las ocupaciones y preocupaciones materiales, la lucha por la vida, el sacar adelante los hijos, la familia etc.., que, casi perdemos de vista lo principal.

Manipulados hábilmente, por toda clase de propagandas políticas, consumistas, hedonistas, ponemos la meta primera en el tener, comprar, ganar o disfrutar de las efímeras satisfacciones que nos ofrece la sociedad actual.

La locura cotidiana

No hay día que no nos desayunemos los radioyentes, los televidentes y los lectores de los diversos medios, con las mismas noticias de destrucción y muerte en el Oriente próximo, entre judíos y palestinos .Es el pan de cada día, sin solución de continuidad, desde hace muchos años.

La iglesia y el sexo

Es una vieja acusación hecha a la Iglesia católica de que "está demasiado obsesionada con el sexo". No se puede negar que todo lo referente al sexo es una realidad primordial en las personas como en su entorno.

Quizás en el pasado la moral de la Iglesia era demasiado estricta. En la actualidad, han sido, precisamente, aquellos que inculpaban a la Iglesia de obsesión, los que han cogido la delantera y han hecho del sexo EL NEGOCIO más rentable.

La hora de los valientes

Sin alarmismos pero sin difuminar ni camuflar la realidad sociopolítica envolvente, podemos afirmar y constatar que los cristianos actuales en general y los españoles en particular, están viviendo su fe en parecidas y semejantes situaciones que los cristianos de los primeros siglos en Grecia y en todo el imperio romano.

La gran noticia

El ex sacerdote Juan Arias, acaba de dar al mundo entero la gran noticia (LA RAZÓN 4/2/04/) esperada por millones y millones de acongojados cristianos de todos los tiempos, de todas las naciones y de todas las culturas.

Ha descubierto, él solito, que “el infierno lo ha inventado la Iglesia”. Ninguna otra noticia puede parangonarse con ésta. Debería hoy ocupar y acaparar los titulares de todos los medios de todo el mundo, en primicia informativa.

La fuerza del mal

El panorama que ofrece el mundo actual ,en el aspecto de la fe cristiana ,es bastante opaco y preocupante. Parece que todas las fuerzas del mal están desatadas para arrastrar a la perdición ,a gran parte de esta pobre humanidad ,que camina inconsciente y alienada lejos de Dios. No sólo se ha perdido el sentido del pecado, en frase certera del Papa Pío XII, sino, lo que es más lamentable, hoy proliferan en todos los ambientes , los que hacen el mal y luego lo justifican como bien y progreso. La ofuscación de las conciencias es algo tremendo .

El día del Señor

Todas las celebraciones del año litúrgico de la Iglesia, pero especialmente la Cuaresma y Semana Santa ,convergen y culminan con la fiesta principal del calendario: la Pascua. No hay celebración más importante en la Iglesia, que la fiesta de la Resurrección de Cristo.

Para gran parte de bautizados, aún en vacaciones, esta fiesta pasa casi desapercibida e ignoran la importancia que la liturgia de la Iglesia le asigna , considerándola la “fiesta de las fiestas” y "la solemnidad de las solemnidades".

La fiebre del botox

Estamos de enhorabuena todos -y en especial las mujeres- por la comercialización y fácil adquisición de la toxina botulínica, el botox, para lograr una cara sin arrugas y aparecer más guapos ante los demás. Dentro de poco el dicho de “quitarse años” va a ser una realidad.

Nuestra sociedad persigue la belleza y el culto al cuerpo de un modo febril. Claramente ha apostado por la estética más que por la ética. Al paso que vamos volverá a cantarse la popular copla:”Que se mueran los feos”..(Nadie se dé por aludido, por favor)

La fe y sus cómos

Algunos cristianos viven angustiados porque piensan no tener verdadera fe. Les atormentan un sin fin de dudas que nunca acaban de esclarecer. En un intento frustrado, por racionalizar lo que la santa Iglesia les propone como dogmas, con frecuencia se hallan perplejos y hasta exteriorizan su malestar y rebeldía.