¿Puede el Papa dimitir?
Esta pregunta inquietante, y con un pequeño dejo de malicia, se ha venido formulando durante los últimos años del Pontificado de Juan Pablo II, muy especialmente desde el pequeño accidente que tuvo en el que se resbaló y se fracturó el fémur. A partir de ahí, su obligada dificultad al andar ha generado entre los periodistas, amantes del sensacionalismo, innumerables preguntas acerca de la salud del Sumo Pontífice y la posibilidad de una eventual renuncia o dimisión.