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¿Has sentido cosquillitas en tu interior?

¿Has sentido cosquillitas en tu interior?
Has descubierto el rayo verde del crepúsculo? Nooooo. O ¿algo más impresionante?: el perfume, la fragancia y la delicadeza…

Entiendo. Creo que has descubierto que existen niñas y muchas de ellas… ¡Impresionantes! No me digas que no piensas en niñas, que te diviertes con niñas, que bailas con niñas, que platicas con niñas…

Es padrísima esta parte de la vida. Es un momento en donde todo es nuevo. Despiertas a un mundo con traje de gala. Experimentas la dulce sensación de la libertad.

El futuro parece que es de algodón y seda: luces, éxito, vitalidad, energía, conquista, glamour... ¡guau!

En fin, un mágico elíxir de novedades. ¿Qué más le puedes pedir a la vida? Con esta ilusión de campeonato ¿qué más te puede preocupar?

Tus realidades vitales son las fiestas, las niñas, las broncas, los fines de semana, la moda, el gimnasio y de vez en cuando, los estudios, para tener contentos a tus jefes.

Y ¡PAF! DESAPARECEN...

Pero… en el fondo, sabes que este paraíso de sueños, no durará para siempre. Sabes que eso de pasártela de “reventón” y de conquistador de corazones son sólo apariencias humanas que nos deslumbran a todos, pero, la neta, también como por arte de magia, ¡paf! Desaparecen.

Aunque seas un experto en darte caprichos, sabes que una vida realmente feliz, tiene algo más que pura juerga y “botellón”.

Aunque nunca dejará de apantallarte una vida estilo Hollywood, donde el sacrificio, el trabajo, el compromiso y la lucha no existan. ¿Para qué engañarte? Necesitas algo más sólido. Algo que dure; que no se esfume.

Y hay realidades tan emocionantes como la de pasarte un fin de semana con tu niña preferida... Pero son de otra dimensión. (Y conste que no estoy fumado).