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laicidad

Repensar el estado laico

El pasado 11 de febrero, la Cámara de Diputados aprobó la modificación del Artículo 40 constitucional, para afirmar que México es oficialmente un Estado laico. Esta noticia es difícil de valorar, porque cada quien interpreta el término “laico” de muy diversas maneras. Entonces, ¿qué se debe entender por “Estado laico”?

Estado laico y enredado

Es urgente que en México se reduzca el embate de la violencia producida por las manos del crimen organizado, del narcotráfico y de gobernantes corruptos. Urge que la autoridad respete a los ciudadanos, es apremiante que los legisladores ya den muestra de que conocen y valoran tanto el bien común como la ley natural.

Laicidad e Iglesia

¿Exige la laicidad del estado la total separación respecto de la autoridad religiosa?, ¿constituye esta laicidad una garantía para el respeto de la libertad ciudadana?, ¿libera de posibles imposiciones dogmáticas? 

Educación y laicidad

Hay dos modos antagónicos de concebir la educación de la infancia y adolescencia. El primero afirma, como punto de partida, que la familia es el núcleo fundamental de la vida social. En cuanto núcleo, está llamada a ofrecer a los hijos la educación básica respecto a los principios con los que podrán formar su conciencia e integrarse así en la vida social.

Laicidad, sí; laicismo, no

Laicidad, sí; laicismo, no

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Avanza el consenso de diferenciar laicidad y laicismo. Laicidad es respetar las diferentes opciones de fe, en un marco jurídico de libertad religiosa para todos; es que el Estado ni imponga una religión a los ciudadanos, ni la obstruya. Laicismo es el rechazo a todo lo ligado a una concepción creyente; es pretender que ni Dios ni las Iglesias tengan cabida en la vida pública; es eliminar todo rastro religioso en las leyes y en las instituciones.

Aborto y laicidad

La laicidad de un estado es sana cuando son aceptados y promovidos valores básicos sin los cuales no hay auténtica convivencia social. La defensa de la vida, la justicia y la igualdad ante la ley, la protección de los débiles, el apoyo a la familia, la tutela del derecho al trabajo, son temas no negociables: ningún estado puede dejar de lado la defensa de los derechos humanos fundamentales.

Por una sana laicidad

La laicidad puede gozar de salud o puede “enfermarse”. Será sana si promueve una correcta separación entre el estado y las religiones. Estará enferma si, en nombre de la separación entre estado y religiones, impide a las religiones participar en la vida pública como lo puede hacer cualquier otra instancia social.

¿Qué es una sana laicidad?

El Papa en Estados Unidos

¿Qué es una sana laicidad?

Para vivir una sana laicidad se precisa ser coherentes y vivir nuestra fe no importando con quien estemos, ni donde, ni cuando.

Para saber

Al recordar su visita a los Estados Unidos, Benedicto XVI aseguró que ha tratado de llevar la esperanza de Cristo a la tierra de la «sana laicidad».