Doris Lessing, un premio, una vida, una obra
Doris Lessing, un premio, una vida, una obra: pero fue un Nobel para el feminismo. Nobel de Literatura 2007
Un premio
Un premio
Ya hace un más de un año desde que la sabia voluntad del Espíritu Santo nos ha regalado, pese a los quebrantos y declaraciones de los críticos anticlericales, un Papa que ha superado con una sonrisa, reflejo de su humilde sujeción al albedrío divino, las ingentes críticas que se han sucedido contra su persona y su papel como sucesor de Pedro.
Cada año, el calendario civil ofrece una amplia gama de celebraciones, memorias, conmemoraciones y aniversarios que valen la pena ser recordados. Nacimientos insignes se suceden a recuerdos de batallas emblemáticas; unos días se celebra la vida, otros se tiene presente al enfermo; se homenajea al padre, a la madre, al niño.
Para algunos, el día de su elección, los defectos hallaron un modelo concreto en quién encarnarse. Dijeron que era un Cardenal conservador y que, como Papa, no se esperaría menos. Y ha sido cierto. Él, como todos los Papas, es custodio de la verdad, de la única verdad que jamás cambia: la fe. Verdad que, a través de los tiempos, ha permanecido radiante y luminosa, gracias al Primado petrino que la ha conservado, mantenido e impulsado.
Desde inicios de 2006 la Iglesia cuenta con un naciente pelotón de hombres que quiere transformarse en ejército en orden de batalla por la defensa de la vida. Es una sociedad de sacerdotes llamada «Misioneros del Evangelio por la vida» o «Sacerdotes por la Vida» (Priests for life).
Tácito, Suetonio o Flavio Josefo son sólo algunos de los escritores no cristianos que dedicaron párrafos a la persona de Jesús de Nazareth.
No obstante, para Luigi Cascioli, activista ateo, resulta más creíble que una secta judía decidiera escindirse del judaísmo y construyera una fábula sobre Quien constituye la razón de ser para miles de seres humanos, a partir de un modelo tomado de un líder guerrillero.
Hoy lo más sencillo y habitual es asegurar la infalibilidad de nuestra opinión amparándola en esa conjugación verbal que ha venido, poco a poco, adquiriendo familiar personalidad.
Si al ver salir de la escuela a un chico o chica cogiésemos una pistola y le disparáramos sin más ni más, nadie dudaría en llamarnos asesinos.
Son más de doscientas décadas de existencia y nunca se le ha permitido la calma, el sosiego. Ha padecido, como ninguna otra institución, el atroz azote de la persecución, de la difamación, de la calumnia, de la incomprensión…; y aún hoy continúa abrazándolos con la misma aceptación amorosa de esposa y madre y con el silencio propio de los corazones perdidamente enamorados.
Apareció en las primeras páginas de los principales diarios del mundo. Todos dedicaron amplios y generosos espacios como si la noticia estuviese destinada a hacer temblar los cimientos de la fe heredada por el divino Nazareno que tenemos especialmente presente por estos días.